Nota de FAEC:
Recibimos la sugestión de varios lectores para que publicáramos un artículo
aparecido en el blog Patria chacarera.blogspot y lo hacemos porque lo
consideramos un valioso aporte al tema de la contaminación que causaría el
rociado -no "fumigación" como erróneamente lo creen los desinformados
y desinformadores, como los miembros de la ONG Grupo de Reflexión Rural y Médicos de Pueblos
Fumigados que activamente promueve denuncias penales a diestra y siniestra.
Eduardo Ferreira
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Todos sabemos que los
químicos que se usan en la agricultura o en la industria son tóxicos. Algunos
son más tóxicos que los productos hogareños de limpieza o los medicamentos más
populares, otros, incluyendo al glifosato, menos.
Hay productos que
matan un caballo con media cucharadita de café (antes de diluirlos para
fumigar), otros necesitan que una persona consuma 300 gramos de producto
concentrado, aunque empiezan a causar síntomas de toxicidad con 85cc.
Pero estamos hablando
de toxicidad aguda, los agroquímicos en zona rural representaron menos del 2%
de las intoxicaciones agudas en 2003.
La principal
preocupación, últimamente, no es por este tema, sino la intoxicación crónica, o
los efectos a largo plazo. La toxicidad crónica, así como los efectos
teratogénicos (sobre embriones) o carcinogénicos, se determi-na cuando el
producto se aprueba con estudios sobre animales, como ratones y conejos, que
por tener un ciclo de vida más corto expresan estas consecuencia mucho antes
que un humano. En el caso de los agroquímicos, la idea es que la posibilidad de
contacto habitual con el producto, sea a una dosis inferior a la que se
considera como peligrosa. Por ejemplo en glifosato se calcula que la exposición
habitual de un aplicador es 500 veces menor que el límite de la toxicidad
crónica diaria (2 mg/kg/día).
Después de esta
introducción debo mencionar que un hecho me dejó siempre perplejo. Cómo puede
ser que se denuncian tantos problemas en algunas zonas en la Argentina , mientras que
en EEUU, que usan los mismos productos, en los mismos cultivos, no hay
reportes? Hay que tener en cuenta que ellos son los inventores de la
"industria del juicio", con abogados "reyes del pleito" que
inician "class actions", o juicios colectivos, por miles de millones
de dólares a las empresas que causan daños a sus clientes.
Qué hicieron allá? Lo
que hay que hacer, hace 20 años empezaron un estudio a largo plazo sobre
efectos cróni-cos de los agroquímicos. Es el "Estudio de salud
agrícola", "un esfuerzo de colaboración que involucra al National
Cancer Institute (NCI) the National Cancer Institute (NCI), al National
Institute of Environmental Health Scien-ces (NIEHS), a la Agencia de Protección del
Ambiente (EPA)"
Ellos eligieron 2
estados con bastante agricultura (Iowa, un estado norteño maicero y sojero,
próspero con buenas tierras, y Carolina del Norte, un estado sureño, con
minifundio, donde el principal cultivo es la soja pero hay mucho algodón y
tabaco). La idea era estudiar la salud a largo plazo de la población más
expuesta. Sobre un universo de 120.000 explotaciones, tomaron una muestra de
52.394 que aplicaban sus propios agroquímicos, 32.436 cónyuges de los mismos, y
4.916 aplicadores profesionales, (contratistas al estilo argentino). Hay que
destacar que allá es más común que cada productor, que vive en su propiedad y
tiene las latas en el galpón frente a la casa donde habita, tenga su propia
fumigadora y aplique personalmente (la mano de obra calificada es muy cara).
Primero compararon la
tasa general de mortalidad entre la población general y la población expuesta.
El resultado es que los aplicadores tienen menor tasa de mortalidad, eso se
atribuye a la mayor calidad de vida en el medio rural. Sin embargo, cuando se
toman en cuenta las causas de muerte (esto divide el número de casos) vemos que
la población expuesta tiene más tendencia a morir por algunas causas, y menos
por otras causas, que la población en general. Se estudiaron 2.055
fallecimientos en 5,3 años.
Obviamente una de las
preocupaciones sobre causas de muerte es investigar la incidencia de cáncer, y
eso fue una de las materias que más se investigaron. Lo primero que se
determinó es que los aplicadores privados y sus esposas tenían menos
probabilidad (12% y 16% menos) de contraer cáncer que la población en general,
y que los aplicadores profesionales tenían la misma probabilidad que el resto
de la gente.
Cuando se diferencia
el tipo de cáncer, en algunos tipos obviamente los aplicadores tienen menos
probabilidad, y en otros, como cáncer de vejiga en aplicadores hombres, mayor
probabilidad. Lo mismo sucede en melanomas en esposas de aplicadores, o cáncer
de ovarios en aplicadoras femeninas (que las hay). No sólo se debe tener en
cuenta la incidencia de pesticidas, sino también cigarrillo, sol (rayos
ultravioletas), polvo ambiental, otros quími-cos, actividad física, vida al
aire libre, etc., que tienen incidencia positiva o negativa en la probabilidad
de cán-cer.
También se hicieron
subestudios sobre varios pesticidas en particular. Básicamente dividen a los
aplicadores en nula, media, baja y alta exposición a un producto determinado, y
lo comparan con diferentes tipos de cáncer.
El primero que miré
fue el de glifosato, aunque se estudiaron más de 20 sustancias. En el estudio
de glifosato se usó una muestra de 57.311 aplicadores con un seguimiento de 6,7
años. El 25% no estuvo expuesto a glifosato, el resto con una exposición
variable que fue medida y correlacionada con la incidencia de 12 tipos de
cáncer en un total de más de 1300 casos.
El resultado es que
no se encontró ninguna asociación entre glifosato y todos los tipos de cáncer
sumados. Cuando se vio cada tipo de cáncer por separado, no se ve relación en
ninguno de ellos (incluyendo leucemia y linfoma no Hodgkin). La única excepción
es el Mieloma múltiple, donde se ve una correlación aunque los autores no
quieren sacar conclusiones porque sólo se basa en 19 casos. En poco tiempo, tal
vez uno o dos años, se publicará la continuación del estudio, en el que se
verán efectos a más largo plazo. Pero lo interesante es que una parte son
aplicadores comerciales, que tienen una exposición casi cotidiana al glifosato.
Otros plaguicidas han
salido peor parados. Hay una relación entre la exposición al Imazetapir (acá
Pivot) y mayor frecuencia de cáncer de vejiga y colon. El pendimetalin y el
EPTC (ya no se usan acá), inciden en la frecuencia de leucemia y cáncer de
colon y páncreas.
En otro trabajo,
donde estudiaron 300 casos de cáncer de pulmón declarados en entre casi 90.000
aplicadores (la mitad de la tasa que entre la población general), encontraron
que la alta exposición (más de 100 días) a insecticidas como clorpirifos o
diazinon incrementaba la frecuencia de esa dolencia. La menor tasa general en
la población de aplicadores se atribuyó a una menor tasa de fumadores. Recuerdo
que estamos hablando de gente que se dedica a fumigar, 14% de ellos tuvo alguna
vez un accidente que le causó una "exagerada exposición". Cuando lo
comparamos con la histeria local, donde se dice que hay pueblos enteros
afectados por las fumigacio-nes, hay que ver como se hace la "epidemiología"
en nuestras latitudes:
Probablemente el
lector haya escuchado hablar de La
Leonesa , que es un pueblo del Chaco supuestamente asolado por
los agroquímicos. Originalmente hablaban de glifosato y soja, pero se comprobó
que en esa zona no había soja, sino arroz, y no mucho.
Los "médicos de
pueblos fumigados" clamaban al cielo por la triplicación de los casos de
cáncer infantil en esa localidad comparando el período 2000-2009 vs 1990-99. Lo
esperable por el tamaño de la población "estudiada" es 0,4 casos por
año
Veamos la cantidad de
casos verificados en 20 años:
¿No da vergüenza
ajena presentar estos datos, en los que el número total de casos es 8?
¿Usted sacaría alguna
conclusión con esta cantidad de datos?
Y esto tuvo repercusión
en medios nacionales y extranjeros, pero sin mostrar los datos. Se supone que
los médicos deberían, por formación académica y por sentido común, darse cuenta
que esto no es serio.
Fuente: Mitos y
Fraudes
Estrucplan, 22-11-13