Fray Héctor Herrera OP
Chimbote en Línea, 21-9-15
El 1 de
setiembre de 1990, en plena época de violencia, sufrida por la Iglesia de la
Diócesis de Chimbote, nació el Centro de Comunicación y Promoción Social
CECOPROS “Santo Domingo”; desde la misma experiencia de una comunidad en
Racuaybamba que había sufrido una fuerte sequía. Las personas, los animales, el
agua se habían secado. Un anciano sacó un poco de papas y queso. “Sólo esto
tenemos y no sé hasta cuando viviremos”.
El pueblo se reunió en la capilla para celebrar la
eucaristía en torno al Señor de Mayo. El Centro de Intercomunicación Social
–CINCOS- había sido dinamitado. No había proyectos. Les anuncié el programa
Amanecer Campesino (12.9.1983-20.7.1990) dejará de salir al aire. Una mujer de
la comunidad dijo: “Hasta eso nos quitan: hablar de la Palabra de Dios y que
alguien hable de nuestros derechos como personas”.
Me impactó fuerte su experiencia. Continúe dialogando,
en el supuesto que saquemos otro programa ¿Qué nombre quisieran darle? Y
dijeron casi a coro: Surcos por la tierra y algo que nos de esperanza. Y nació
el programa Surcos de Esperanza, el primer día de setiembre.
Había tocado las fibras del corazón y nuestro reto
como familia dominicana. Por el camino de cerros y quebradas agrestes venía
pensando y meditando en la destrucción de la naturaleza y me preguntaba a mí
mismo ¿Qué haría Santo Domingo para atender a esta gente hambrienta de pan, de
agua, de la Palabra de Dios, de organización?
Semanas antes había pensado en crear un centro de
comunicación. ¿Pero cómo hacerlo frente a los violentos que nos perseguían?
Surgió el nombre Centro de Comunicación y Promoción Social CECOPROS Santo
Domingo. Tenía que ser una experiencia de familia: religiosas dominicas, laicos
y frailes. Así nació la experiencia de una comunicación compartida y de
familia. Se oficializó al año siguiente.
El más entusiasta de los frailes del Vicariato era
fray Eduardo Ferrick OP, quien me decía “hay que tener una radio”. El otro
apoyo fue fray Bernardo Smith OP. Se gestaron estudios sobre la nueva emisora,
desde aquel entonces, que no se concretizaron hasta el 2003 con fray Martin
Hunter y Nora García. Apadrinaron las cabinas de la nueva radio y los ambientes
en lo que es hoy Radio Santo Domingo, Mons. Luis Bambarén y la hermana Mariana
O Connolly OP. Luego vendrían jóvenes comunicadores, hermanas dominicas, y la
recordada Carolina Conroy, que con entusiasmo continuó la obra. Fue un centro
abierto al ecumenismo, recibió el apoyo de la Misión Sueca, la Fundación
Populorum Progressio y Koch Foundation. Se amplió al área de video y formación
en valores, prevención de la violencia familiar, comunicación y desarrollo,
etc.
El cuidado y protección del medio ambiente, de la
agricultura familiar, la formación bíblica y en valores, la solidaridad y la
defensa de la cultura, música y derechos humanos, la difusión de la doctrina
social de la Iglesia.
Evangelización, educación, formación, entretenimiento
y participación marcaron esta nueva experiencia que tuvo admiradores y
detractores. Siempre buscamos la verdad, ya que es el lema de nuestra orden.
Las amenazas se dejaron sentir. Con prudencia, decisión y la fe en Jesús, el
gran comunicador sostuvieron esta obra a lo largo de sus 25 años de existencia.
Por eso nos animan las palabras de nuestro pastor Francisco en el cuidado de la
casa común; y que han marcado el ser parte de la historia de la Iglesia en
Chimbote, a quien servimos desde el primer momento. Nuestra gratitud a todas
las personas que nos han acompañado en esta misión de evangelizar y educar a
través de los medios de comunicación social.