LIBERTAD DIGITAL 2015-09-08
Tal y como recogen varios periódicos internacionales
como el Washington Post, al Papa comienzan a salirle críticos entre sus filas.
Mientras el Santo Padre decía este domingo que los católicos de todo el mundo
tienen el deber moral de ayudar a los refugiados acogiendo a una familia en
cada monasterio, iglesia, santuario o parroquia, en Hungría, uno de los países donde
han llegado más reugiados, el obispo Laszlo Kiss-Rigo, le ha llevado
públicamente la contraria.
"No son refugiados. Esto es una invasión",
decía Kiss-Rigo, quien entendía que el Papa estaba "equivocado" y
señalaba que los refugiados "vienen aquí con gritos de Allahu Akbar (Alá
es grande). Quieren tomar el control".
Kiss-Rigo insiste en que el Papa "no conoce la
situación", que describe como que Europa está siendo inundada de personas
que se hacen pasar por refugiados, pero en realidad son una grave amenaza para
el continente "cristiano" y sus "valores universales".
Sobre los refugiados, Kiss-Rigo dice que "la
mayoría de ellos se comportan de manera arrogante y cínica" y dice que la
mayoría tiene dinero y rechaza la comida.