“Es deber de todos los
ciudadanos respetar el régimen establecido de hecho, cualquiera que sea su
origen, sin perjuicio de preferir algún otro más conveniente para la patria y
hasta de procurar su implantación por medios y procedimientos honestos”.
Royo Marín. “Teología moral
para seglares”; BAC, 1973, T. II, p. 683.