y la declaración de Stiuso: la inteligencia
paralela la manejaban Cristina Kirchner y Zannini
Patricia Blanco
Infobae, 18 Ene,
2024
A nueve años de la
misteriosa muerte de Alberto Nisman, la investigación se concentra en el mundo
del espionaje. Es que, para la Justicia, es imposible desentrañar la
hipótesis de su asesinato sin explicar cómo se sacudió el tablero de
inteligencia con la reconfiguración de la AFI, la denuncia del fiscal contra la
entonces presidenta Cristina Kirchner por el encubrimiento a Irán y los
movimientos de espías ese fin de semana clave.
Antonio Horacio
Stiuso, el ex poderoso jefe de Contrainteligencia que trabajó con Nisman,
pedirá en los próximos días que se reabra una causa cerrada en donde se
investigaba al ex jefe del Ejército Cesar Milani y en la que él mismo aseguró
que la inteligencia paralela desde antes de la muerte de Nisman la manejaron
Cristina Kirchner y su entonces secretario Legal y Técnico Carlos Zannini,
revelaron a Infobae fuentes judiciales.
La novedad surgió
luego de que este medio detallara el miércoles que la investigación del caso
Nisman corroboró que al fiscal de causa AMIA lo seguían desde mucho antes de su
muerte y el rumbo tomado por la detención del espía Ariel Zanchetta, la pista
sobre quiénes les paga al mundo de los “inorgánicos” y el avance sobre la
inteligencia paralela del Ejército.
Precisamente,
Stiuso se convirtió en querellante en el expediente por el que está preso
Zanchetta, a raíz del espionaje a jueces y fiscales y en donde se determinó que
también espiaba a políticos y figuras públicas. Y en es en esa investigación en
donde, luego de la feria judicial de enero y a raíz de estas revelaciones, le
pedirá al juez Marcelo Martínez De Giorgi que anexe al expediente una vieja
causa que cerró el juez Claudio Bonadio en su último día de trabajo, a fines de
2019: en la que investigaba si el ex Jefe del Ejército Cesar Milani durante el
kirchnerismo hacía espionaje ilegal, según revelaron fuentes del caso.
Aquella causa
nació en 2014. La denuncia aseguraba que también se habían comprado cámaras
digitales potentes y equipos para hacer escuchas telefónicas, con los que
supuestamente se habían intervenido de manera ilegal teléfonos de dirigentes de
organizaciones políticas, empresariales y agropecuarias. Aquella misma denuncia
decía que Milani había contratado a sus compañeros de promoción del Ejército
como agentes de la estructura de inteligencia montada y que tenía sede en
séptimo piso del Edificio Libertador.
El juez Bonadio
archivó la denuncia en 2016. Pero el fiscal Carlos Stornelli apeló y la Sala II
de la Cámara Federal ordenó reabrirla: le sugirió que llamara a testigos para
profundizar. Entre ellos había periodistas y estaba Stiuso. Infobae accedió a
aquella declaración que nunca trascendió y en la que el ex jefe de los espías
detalló cómo se armó la estructura de inteligencia por afuera de la central de
espías.
Stiuso detalló que
en la dirección general de Operaciones de la SIDE, en donde él intervenía, la
central de inteligencia tenía equipos para detectar unas valijas que realizaban
escuchas clandestinas. Al prenderlas, se transformaban en celdas y podían
escuchar conversaciones. Uno de esos equipos funcionaba en el edificio
Libertador. Había otro cerca del Obelisco. La SIDE no podía evitar que eso
sucediera, pero podía saber que esas valijas estaban activas. Funcionaban en un
radar de 200 metros. Se decían que circulaban en camionetas pero, según Stiuso,
no hacían falta. “En este caso lo único que podíamos hacer era protegernos
porque según los puntos que nos marcaba algunas de las valijas eran dentro del
Ejército”, afirmó en su declaración. “No hay ninguna ley en el país que te
permita chupar un teléfono con una valija de estas características. Esto es
para hacer algo ilegal”, sostuvo.
Cuando en el
juzgado le preguntaron sobre el plan “ciberdefensa, que era la justificación
oficial sobre las actividades endilgadas a Milani, Stiuso se río. Quedó
asentado en el acta. “El comparecientes sonríe” y agregó: “quieren hacer
ciberdefensa y prenden una valija de escuchas y no saben que las detectan”.
En su declaración,
el ex espía agregó que en 2006 ya habían detectado a un grupo de gente que
tomaba mails de manera ilegal, a través de troyanos. Habló de la causa que tuvo
en sus manos la jueza Sandra Arroyo Salgado, entonces esposa de Nisman, que
espiaba a políticos, jueces y periodistas. “Llegamos hasta Uruguay. Eran
personas que reportaban información a Aníbal Fernández y al entonces jefe del
Policía de Seguridad Aeroportuaria Marcelo Saín”, acotó. “Hasta ese momento
eran ciertos funcionarios”, dijo. Sin embargo, señaló, en 2007 nombraron a
Nilda Garré al frente del Ministerio de Defensa y César Milani queda como
subidirector de inteligencia del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Al año siguiente es director”, reseñó.
“Es ahí donde
empieza la formación de todo este aparato”, dijo Stiuso. “Se empieza a
conformar formalmente, como una estructura de gobierno clandestina por llamarlo
de alguna manera. En el año 2010 cuando muere Néstor Kirchner y a Nilda Garré
la nombran ministra de Seguridad, en Defensa ponen a Arturo Puricelli. Pese a
que Puricelli era el ministro, Milani era el que manejaba todo”, dijo.
Incluso, contó
como anécdota una reunión que había tenido Puricelli con Francisco Larcher,
número 2 de la SIDE, y el ministro le dijo que él no manejaba nada, que todo lo
controlaba Milani cuando aún no era comandante del Ejército. Para esa altura
habían entrado a esa planta unas 1800 personas, “que no sabían quiénes eran ni
lo que hacían”, señaló.
Siguió Stiuso: “En
ese momento se conformó esta organización en la que actuaban la fuerzas
armadas, el Ministerio de Seguridad y un sector de la Secretaría de
Inteligencia. Y después existirían personas u organismos ‘satélites’ que
convergen en el armado y objetivo de esta organización: la Procuración General
a partir de nombramiento Alejandra Gils Carbó, la AFIP y la UIF”, agregó.
Stiuso recordó que
en 2013 Garré y Puricelli se van de Seguridad y Defensa y son reemplazados
respectivamente por Cecilia Rodríguez y Agustín Rossi, respectivamente. Aunque
en Seguridad estaba Rodriguez, “el que manejaba todo era (Sergio) Berni”,
señaló. El ex jefe de Contrainteligencia señaló que hay ejemplos que confirman
sus dichos. Recordó que en la causa Nisman se encontraron carpetas en el
Ministerio de Seguridad sobre seguimientos a su familia.
“Ya no eran
personas aisladas, sino un objetivo del Poder Ejecutivo que ya tenían las
distintas herramientas... Menos a un sector de la SIDE. Y todo esto se hizo
bajo la inacción de la comisión bicameral, que tiene la función de control
respecto de estos temas. En el año 2014, cuando cambian las autoridades de la
SIDE, este sistema queda consolidado. Ya no era un sistema clandestino y otro
oficial. Se unió todo”, dijo.
Un detalle no
menor para Stiuso: “Tal es así que en 2015 lo sacan a Milani (denunciado por
causas de lesa) y lo mandan a retiro. Esto explica que ninguno manejaba nada,
sino que todo los que manejaban todo eran Cristina Fernández de Kirchner y
Carlos Zannini, que era el que coordinaba con todos. Milani, Parilli, Gils
Carbó... La policía de la provincia de Buenos Aires también respondía a este
sistema, con la anuencia y vista gorda de (Daniel) Scioli, que a la vez era
objetivo de este sistema de inteligencia clandestino de inteligencia y lo
sabía”.
El ex espía
advirtió que para tener una foto había que cruzar causas judiciales, como Dark
Star o el supuesto secuestro de Alfonso Severo, un gremialista que tenía que
declarar por el crimen de Mariano Ferreyra y en el que el fiscal José María
Campagnoli detectó que en la zona del supuesto secuestro aparecían registros de
celulares asignados a agentes de la ex SIDE a quienes les pidió la indagatorias
y en donde se acusó a la entonces procuradora Gils Carbó de haber filtrado
datos sensibles.
El propio Stiuso
lo declaró en la causa Nisman: el caso de Severo fue una exhibición de la
“guerra” desatada por ese entonces dentro de los servicios de inteligencia. “En
esa causa también hay constancias que no sólo se trabajaba para el sistema, si
no que también se asignan tareas particulares o en beneficio propio de cierto
funcionarios”, agregó.
Bonadio cerró este
expediente en su último día de trabajo de 2019. “Considero que no ha sido
posible verificar los extremos fácticos que fueran denunciados en la presente
investigación, de modo tal que me permita efectuar una imputación formal contra
una persona determinada. A su vez, el tiempo transcurrido desde los hechos que
fueron denunciados me impide realizar algún tipo de medida hábil para la
prosecución del trámite del expediente”, escribió.
Sin embargo, según
pudo saber Infobae, Stiuso planea pedir la reapertura de ese expediente, en el
marco de la causa que tiene como cara visible a Ariel Zanchetta, detenido por
espiar a jueces de Comodoro Py. El ex policía que decía ser periodista es para
la fiscalía un agente inorgánico de la AFI desde hace mucho tiempo que puso en
la mira a muchos “objetivos”, a quienes les “investigó” distintos aspectos
privados y laborales, como los sueldos que percibían, creencias religiosas,
entorno familiar y hasta las personas con las que se relacionaban. Entre ellos
hay decenas de políticos y ex funcionarios. También había datos sobre Stiuso.