“No existen demasiadas diferencias entre lo que hizo Gelbard cuando pavimentó el camino hacia el Rodrigazo y lo que actualmente se hace: tarifas de servicios públicos congeladas desde hace años; limitaciones a las exportaciones de carnes y lácteos; descomunal subsidio al transporte público de pasajeros y de carga; compensaciones a los productores de papa; peleas con el tomate; acuerdos de precios con sectores de la construcción, los alimentos, las bebidas y los supermercados, entre otros; piquetes a petroleras; amenazas de enjuiciar a directores de empresas.
Si aceptamos que el mismo error provoca siempre igual resultado, vale la pena que ya cuando Gómez Morales asumió como ministro de Economía distintos sectores industriales reclamaban un aumento del tipo de cambio nominal para corregir el atraso del tipo de cambio real. En la actualidad se escuchan pedidos del mismo tipo, porque muchos sectores productivos que aplauden y apoyan públicamente al gobierno, saben que el incremento de precios internos no tiene nada que ver con lo que informa el INDEC y que, si se toman los precios mayoristas, el tipo de cambio real se ha licuado totalmente.
Cuando Celestino Rodrigo trató de corregir los precios relativos, el precio del combustible aumentó más de un ciento por ciento. Hoy tenemos el mismo precio del combustible que en 2002, aunque el valor del barril del petróleo más que duplica los 30 dólares que costaba cinco años atrás. ¿Pura coincidencia? Todos sabemos que en el mediano plazo habrá problemas serios.
El mismo gobierno kirchnerista lo sabe cuando preanuncia un pacto social como el que puso en práctica Gelbard. Puede ser que, si Cristina Fernández de Kirchner gana las elecciones, ese pacto social se lleve a cabo y dure un tiempo. Gelbard tuvo que modificarlo antes del año de vigencia porque las variables se le habían desbordado. El problema es que, ahora, se pretende hacer un pacto social al estilo Gelbard, pero partiendo de las distorsiones que recibió Rodrigo. Todo un desafío que equivale a tratar de derogar la ley de gravedad.
(Roberto Cachanosky, www.economiaparatodos.com.ar -La Mañana de Córdoba, 16-10-07)
Si aceptamos que el mismo error provoca siempre igual resultado, vale la pena que ya cuando Gómez Morales asumió como ministro de Economía distintos sectores industriales reclamaban un aumento del tipo de cambio nominal para corregir el atraso del tipo de cambio real. En la actualidad se escuchan pedidos del mismo tipo, porque muchos sectores productivos que aplauden y apoyan públicamente al gobierno, saben que el incremento de precios internos no tiene nada que ver con lo que informa el INDEC y que, si se toman los precios mayoristas, el tipo de cambio real se ha licuado totalmente.
Cuando Celestino Rodrigo trató de corregir los precios relativos, el precio del combustible aumentó más de un ciento por ciento. Hoy tenemos el mismo precio del combustible que en 2002, aunque el valor del barril del petróleo más que duplica los 30 dólares que costaba cinco años atrás. ¿Pura coincidencia? Todos sabemos que en el mediano plazo habrá problemas serios.
El mismo gobierno kirchnerista lo sabe cuando preanuncia un pacto social como el que puso en práctica Gelbard. Puede ser que, si Cristina Fernández de Kirchner gana las elecciones, ese pacto social se lleve a cabo y dure un tiempo. Gelbard tuvo que modificarlo antes del año de vigencia porque las variables se le habían desbordado. El problema es que, ahora, se pretende hacer un pacto social al estilo Gelbard, pero partiendo de las distorsiones que recibió Rodrigo. Todo un desafío que equivale a tratar de derogar la ley de gravedad.
(Roberto Cachanosky, www.economiaparatodos.com.ar -La Mañana de Córdoba, 16-10-07)