El patrimonio de Kirchner
El dinero y la política siempre fueron de la mano para el ahora ex presidente. Lo confirma la última declaración jurada que debió presentar ante la Oficina Anticorrupción antes de abandonar el poder: allí establece que tiene un patrimonio de 17.824.941 de pesos, un número impactante que lo convierte en el gobernante más rico de la historia argentina. Lo que no explica esa rendición de cuentas es cómo logró multiplicar por ocho su fortuna en sólo cinco años, desde 2002 hasta hoy.
Kirchner adquirió su primera veintena de propiedades [actualmente: 19 casas, 14 departamentos, 6 terrenos, 2 locales] en los tiempos de la dictadura, entre 1977 y 1982. Por entonces era abogado de la financiera Finsud, una posición que aprovechó para comprar a precio irrisorio las casas de quienes no podían hacerle frente a los créditos indexados de la época. El joven Kirchner se reunía con los morosos, les daba a elegir entre el remate y una venta desventajosa, y así acumulaba metros y más metros cuadrados.
El 2002 fue un año próspero para Néstor Kirchner: triplicó su patrimonio. ¿Cómo hizo? El propio ex presidente dio su versión en una causa por enriquecimiento ilícito de la que fue sobreseído en el 2005 por el juez federal Julián Ercolini. Allí explica que en plena crisis del 2001, antes de la devaluación, el matrimonio Kirchner saxó 1.815.174 de pesos del país y los depositó en una cuenta en dólares del Deutsche Bank. Cuando repatriaron esos ahorros, el valor de la moneda estadounidense era tres veces mayor.
La cifra que Kirchner envió al exterior cuando la Argentina se incendiaba es similar al misterioso plazo fijo que compartía con Rudy Ulloa Igor, el ex chofer reconvertido en dueño de medios. Kirchner y Ulloa tenían u$s 3.302.055 en la cuenta 001/00941/1 del Banco de Santa Cruz, de propiedad de Enrique Eskenazi, un fiel empresario K. Después de que trascendiera la cuenta millonaria, fueron despedidos dos empleados de la entidad. Los detalles del primer millón de Kirchner eran entonces un secreto de Estado.
El primero de los consultados es Luis María Peña, el ex jefe de los “intocables” de la antigua DGI. Después de revisar las declaraciones juradas del patagónico, se muestra sorprendido ante el impresionante aumento que Kirchner acusa en sus ingresos por el alquiler de sus casas. “Para la suba de los alquileres no encuentro una explicación, eso es lo más llamativo que veo en la declaración”, sostiene. Que el ex presidente haya pasado de cobrar 56.000 pesos anuales en el 2003 a los 5,2 millones de ahora, le parece inexplicable. “Lo que sí hay es cierto orden entre los ingresos y los egresos, eso está técnicamente bien. Aunque uno no puede saber de dónde salen esos monto. Para eso falta información. Con la declaración que Kirchner presenta ante la AFIP podríamos avanzar, porque la que tiene la Oficina Anticorrupción es muy vaga”, dice. La declaración jurada que los funcionarios presentan ante la AFIP es secreta por ley.
Otra contadora consultada es Ethel Morandi, que asesora a la Coalición Cívica de Elisa Carrió en la reciente movida judicial para que se investigue el enriquecimiento de los Kirchner. Según Morandi, el ex presidente debería haber pagado 1,5 millones de pesos sólo de impuesto a las ganancias, pero eso no se traluce en su rendición de cuentas. “Todos los beneficios económicos de Kirchner fueron a parar a incrementos patrimoniales, así que no hay margen para el pago de impuestos”, analiza.
(Fuente: Noticias, 26-1-08, págs. 22/26)
El dinero y la política siempre fueron de la mano para el ahora ex presidente. Lo confirma la última declaración jurada que debió presentar ante la Oficina Anticorrupción antes de abandonar el poder: allí establece que tiene un patrimonio de 17.824.941 de pesos, un número impactante que lo convierte en el gobernante más rico de la historia argentina. Lo que no explica esa rendición de cuentas es cómo logró multiplicar por ocho su fortuna en sólo cinco años, desde 2002 hasta hoy.
Kirchner adquirió su primera veintena de propiedades [actualmente: 19 casas, 14 departamentos, 6 terrenos, 2 locales] en los tiempos de la dictadura, entre 1977 y 1982. Por entonces era abogado de la financiera Finsud, una posición que aprovechó para comprar a precio irrisorio las casas de quienes no podían hacerle frente a los créditos indexados de la época. El joven Kirchner se reunía con los morosos, les daba a elegir entre el remate y una venta desventajosa, y así acumulaba metros y más metros cuadrados.
El 2002 fue un año próspero para Néstor Kirchner: triplicó su patrimonio. ¿Cómo hizo? El propio ex presidente dio su versión en una causa por enriquecimiento ilícito de la que fue sobreseído en el 2005 por el juez federal Julián Ercolini. Allí explica que en plena crisis del 2001, antes de la devaluación, el matrimonio Kirchner saxó 1.815.174 de pesos del país y los depositó en una cuenta en dólares del Deutsche Bank. Cuando repatriaron esos ahorros, el valor de la moneda estadounidense era tres veces mayor.
La cifra que Kirchner envió al exterior cuando la Argentina se incendiaba es similar al misterioso plazo fijo que compartía con Rudy Ulloa Igor, el ex chofer reconvertido en dueño de medios. Kirchner y Ulloa tenían u$s 3.302.055 en la cuenta 001/00941/1 del Banco de Santa Cruz, de propiedad de Enrique Eskenazi, un fiel empresario K. Después de que trascendiera la cuenta millonaria, fueron despedidos dos empleados de la entidad. Los detalles del primer millón de Kirchner eran entonces un secreto de Estado.
El primero de los consultados es Luis María Peña, el ex jefe de los “intocables” de la antigua DGI. Después de revisar las declaraciones juradas del patagónico, se muestra sorprendido ante el impresionante aumento que Kirchner acusa en sus ingresos por el alquiler de sus casas. “Para la suba de los alquileres no encuentro una explicación, eso es lo más llamativo que veo en la declaración”, sostiene. Que el ex presidente haya pasado de cobrar 56.000 pesos anuales en el 2003 a los 5,2 millones de ahora, le parece inexplicable. “Lo que sí hay es cierto orden entre los ingresos y los egresos, eso está técnicamente bien. Aunque uno no puede saber de dónde salen esos monto. Para eso falta información. Con la declaración que Kirchner presenta ante la AFIP podríamos avanzar, porque la que tiene la Oficina Anticorrupción es muy vaga”, dice. La declaración jurada que los funcionarios presentan ante la AFIP es secreta por ley.
Otra contadora consultada es Ethel Morandi, que asesora a la Coalición Cívica de Elisa Carrió en la reciente movida judicial para que se investigue el enriquecimiento de los Kirchner. Según Morandi, el ex presidente debería haber pagado 1,5 millones de pesos sólo de impuesto a las ganancias, pero eso no se traluce en su rendición de cuentas. “Todos los beneficios económicos de Kirchner fueron a parar a incrementos patrimoniales, así que no hay margen para el pago de impuestos”, analiza.
(Fuente: Noticias, 26-1-08, págs. 22/26)