“En Suiza no se habla sólo de política cada cuatro años. Se habla de política cada 3 ó 4 meses, se vota 3 ó 4 domingos por año.”
Entrevista: Lic. Antonio Hodgers: Diputado en el Parlamento Suizo por el Partido Verde (32 años)
Entrevista: Lic. Antonio Hodgers: Diputado en el Parlamento Suizo por el Partido Verde (32 años)
- Legislador cantonal más joven de Ginebra
- Licenciado en Relaciones Internacionales
- Residente en Suiza desde 1981
Por María Herminia Grande
MHG: ¿Nos puede contar brevemente su historia?
AH: Llegué a Suiza a los seis años con mi mamá y mi hermana como refugiados políticos, porque mi papá fue desaparecido en 1976 y por lo tanto mi mamá se refugió, como tantos argentinos, por el mundo. Poco a poco nos integramos a Suiza, no del todo, me interesé en la política. Empecé a trabajar en mi comuna, con temas locales. Yo vivía en las afueras de Ginebra y no había transporte de noche, a partir de las 12 de la noche no había más buses. Nos movilizamos con muchos jóvenes y logramos que el municipio ponga transporte nocturno. Este fue mi primer acto ciudadano más que político, que me llevó a lo que hoy soy, parlamentario por el cantón de Ginebra.
MHG: Fue su primera conquista…
AH: Exactamente. Luego fui trabajando sobre temas inmigratorios. En Ginebra el 40% de los habitantes son extranjeros. Además se agrega gente como yo que siendo argentino me naturalicé suizo, con lo cual me cuentan como suizo, pero en realidad yo soy ciento por ciento argentino. Ginebra es un planeta reducido en una ciudad, hay gente de todas las nacionalidades y de todos los orígenes. Luché para que los extranjeros pudieran participar en la vida política, me llevó diez años, pero logré que los extranjeros puedan tener derecho de voto a nivel municipal.
MHG: El extranjero para poder votar en el ámbito municipal ¿debe acreditar tener la ciudadanía y trabajar allí?
AH: En Suiza el tema de la ciudadanía es muy diferente de lo que pasa en Argentina. Suiza tiene una tradición de ciudadanía que se basa en el derecho de sangre, y no sobre el derecho de suelo como en Argentina en donde si uno nace allí enseguida obtiene la ciudadanía. Aquí hay personas que nacieron y vivieron en Suiza, y que sus padres nacieron y vivieron en Suiza, pero que aún no tienen la ciudadanía suiza, porque sus orígenes fueron inmigrantes. Solicitar la ciudadanía es un trámite de mucho tiempo, cuesta dinero, en mi caso particular lo hicimos pero hay mucha gente que no puede hacerlo. Ante esto nuestra propuesta fue que quien viviera en Suiza y que acredite ocho años de residencia, pueda votar a nivel municipal.
MHG: ¿Cómo se estructura la democracia suiza?
AH: la democracia suiza es muy particular. Es casi única en el mundo. Es una democracia semi-directa. Tiene un Parlamento Nacional del cual yo formo parte, a nivel regional están los cantones; pero el pueblo en cada instante puede bloquear una ley que no le gusta. Cualquier ciudadano recolecta firmas, tiene 40 días para juntar 50 mil firmas a nivel nacional. Al lograr las 50 mil firmas, las presenta al gobierno, quien dispone que se suspenda la ley y el pueblo la va a votar. Luego se organizan votaciones por sí o por no. Si gana el no, la ley no entra. También puede darse lo contrario, supongamos como en el caso de Argentina donde mucha gente pidió que no se pueda fumar en lugares públicos, el Parlamento suizo no votó ninguna ley al respecto, pero los ciudadanos juntando el doble de firmas, o sea 100 mil, una vez reunidas, el gobierno se ve obligado a hacer votar al pueblo sobre la propuesta. El resultado es que cada tres meses los suizos votan sobre 7 u 8 temas. En realidad, los suizos están todo el tiempo votando…
MHG: Es una vida altamente politizada…
AH: En Suiza no se habla sólo de política cada cuatro años, Se habla de política cada 3 ó 4 meses, se vota 3 ó 4 domingos por año. Esto es lo interesante. El voto no es obligatorio, cuando hay temas que no son interesantes la gente no se desplaza. Pero, por ejemplo, cuando se votó el ingreso de Suiza a la Unión Europea, la gente se movió mucho más. Además la ventaja es que se vota por correo. Ahora nos estamos organizando para hacerlo por Internet.
MHG: ¿Cómo se estructura el máximo nivel de gobierno, lo que es en Argentina el Poder Ejecutivo?
AH: Esto es también muy particular. Como todo país democrático, Suiza tienen un Poder Legislativo y un Poder Ejecutivo. En Suiza el Ejecutivo es elegido por el Parlamento, son siete ministros, y cada ministro cada año asume el rol de presidente. O sea que en realidad el presidente suizo no tiene poder real, es un poder simbólico. El que decide es el colegio de siete personas. Por ejemplo el año pasado la presidenta fue socialista, actualmente el colegio de siete está compuesto por 5 representantes de la derecha y dos de la izquierda, o sea 2 veces en los siete años asume el gobierno un representante socialista, aunque la mayoría sea de derecha. El presidente no tiene un poder decisión total, es parte del colegio, lo representa. Este gobierno debe funcionar con consenso, encontrar un punto que convenga más o menos a todos, pero no siempre es posible…
MHG: Durante la gestión del ex presidente Kirchner, nunca hubo reunión de gabinete. No sé que sucederá con su sucesora, su esposa, Cristina de Kirchner. Esto en Suiza es impensable.
AH: No solo es impensable, es contrario a la Constitución. El gobierno son los siete ministros y los siete ministros juntos deciden sobre las cuestiones importantes. Luego cada uno tiene su competencia particular, pero en la competencia gobierno la asumen colectivamente los siete consejeros federales, así se llaman, con un equilibrio complicado en donde está la mayoría y la minoría.
MHG: Cuando se piensa en Suiza, se lo hace como un país modelo, con una economía consolidada, aunque según algunos analistas pareciera que a este país “le llegó el mundo”
AH: Esa es una linda expresión… yo la uso, Pienso que a Suiza le fue bien en el siglo XX, en un mundo bipolar en donde estaban los países “capitalistas” y del otro lado los países “comunistas”, Suiza era ese lugar neutral, donde estaban los bancos, donde se hacían las negociaciones, es como que Suiza vivió el siglo XX afuera del mundo. Pero ahora con este mundo multipolar, con la globalización, el mundo no necesita a una Suiza tan particular. La Suiza se está “normalizando”. Hay más desempleo que antes, las relaciones de trabajo son más tensas entre las empresas multinacionales que exigen más de sus empleados. Se habla mucho de los bancos suizos, pero a la banca suiza no le importa un pito de la gente suiza. Ellos son un conjunto de gente que tienen un montón de dinero que hoy están en Suiza, mañana están en Alemania Hoy en día el ciudadano suizo se siente mucho más frágil. Eso explica en gran parte el voto a un partido de extrema derecha conservador…
MHG. Usted es parlamentario en Suiza por el Partido Verde. Hoy ¿Cuál es la identidad de dicho partido?
AH: El partido verde es un partido nuevo, hay muchos jóvenes. Representa para mí una alternativa al sistema capitalista que oprime a la gente, que crea problemas ecológicos. Pero que a su vez acepta la economía de mercado, o sea la responsabilidad individual de los ciudadanos para formar un Estado solidario pero que de lugar a la autonomía individual, sobre todo que sea respetuoso del medio ambiente. Es una ideología nueva que trata de equilibrarse entre el socialismo tradicional y el capitalismo tradicional.
MHG: ¿Cómo definirías las ideologías? ¿Podemos identificar partidos de derecha, de centro de izquierda?
AH: Hoy no podemos leer la política como de extrema derecha o de extrema izquierda, como algo bidimensional. Hay varias dimensiones. Por ejemplo, yo represento al Partido Verde por el cantón de Ginebra, pero trabajé un tiempo con el presidente del Partido Radical, que es un partido de centro-derecha en Suiza. Fue algo inédito. El presidente de ese partido tiene mi misma edad, empezamos a trabajar sobre temas generacionales, modernos, por ejemplo el lugar de la mujer no es un tema de izquierda o derecha, es más de antigua generación contra nueva. Los temas ecológicos, el medio ambiente, interesan tanto a la derecha y a la izquierda. Sobre temas ecológicos a veces me llevo mejor con jóvenes de derecha que con aliados de izquierda o de extrema izquierda que tienen una visión que cualquier trabajador puede tener su auto y consumir todo lo que quiera sin importar el medio ambiente. Hoy en día hay que ver las cosas desde un punto de vista multidimensional con alianzas de valores. Los Verdes estamos identificados con la izquierda, con la solidaridad, la sociedad, esos valores quedan; pero la forma de ponerla en acción no es siempre pasando por el esquema de un Estado fuerte, de un Estado que está en todos los temas de la sociedad, sino también basado en la responsabilidad de cada uno.
MHG: ¿Sus pares lo aceptaron? Si bien usted es suizo, como bien dijo es argentino de nacimiento, con papá y mamá argentinos…
AH: En Ginebra hay muchos extranjeros. En el Parlamento hay 2 españoles, 1 francés, un italiano. Como argentino, además tengo rasgos europeos, soy rubio... En el Parlamento Suizo ingresó al mismo tiempo que yo, un diputado negro oriundo de Angola, quien también llegó como refugiado político. Una sola vez me ocurrió que un diputado de extrema derecha me dijera ¡volvete a tu país!. Le expliqué que Suiza era tanto mía como suya, y que finalmente los países son de la gente que los hace, y no sólo de los que nacen o viven allí.
MHG: A propósito de Argentina, en general, ¿cómo se ve desde Europa? ¿Se sabe algo de nuestro país?
AH: Se siguió mucho la crisis del 2001-2002. En Suiza hubieron marchas en contra de los bancos suizos, ya que algunos estuvieron comprometidos con la crisis argentina. Se siguieron las elecciones presidenciales con la elección de la actual presidente argentina. De vez en cuando aparecen artículos periodísticos sobre argentinos de origen suizo que están viviendo en Argentina., que son muchos.
MHG: Y en su caso particular, con un padre desaparecido ¿Cómo analiza la gestión del gobierno del ex presidente Kirchner y el de la actual presidenta, en ese aspecto?
AH: sigo mucho más estos temas relacionados con la justicia, las leyes de obediencia debida y punto final. Yo sigo mucho los temas de derechos humanos. De eso se habla acá, pero ahora, muy poco…
MHG: Su papá debe haber tenido al momento de desaparecer, su misma edad…
AH: Exactamente la misma edad…
MHG: Si puede despojarse de tu ser-hijo ¿como analiza aquella etapa de Argentina?
AH: Esa generación fue muy particular. El compromiso político que tuvieron, al contrario de mi en donde yo puedo actuar sin riesgo para mi vida, ellos arriesgaban su vida. En el caso de mi viejo fue real ese riesgo. En esa etapa el compromiso de esa generación fue total, la vida o la muerte. Eso me da una doble sensación: mucho respeto por un lado y a veces me cuesta entender algo tan fuerte e importante.
www.politicaydesarrollo.com.ar, 17-Jan-2008
- Licenciado en Relaciones Internacionales
- Residente en Suiza desde 1981
Por María Herminia Grande
MHG: ¿Nos puede contar brevemente su historia?
AH: Llegué a Suiza a los seis años con mi mamá y mi hermana como refugiados políticos, porque mi papá fue desaparecido en 1976 y por lo tanto mi mamá se refugió, como tantos argentinos, por el mundo. Poco a poco nos integramos a Suiza, no del todo, me interesé en la política. Empecé a trabajar en mi comuna, con temas locales. Yo vivía en las afueras de Ginebra y no había transporte de noche, a partir de las 12 de la noche no había más buses. Nos movilizamos con muchos jóvenes y logramos que el municipio ponga transporte nocturno. Este fue mi primer acto ciudadano más que político, que me llevó a lo que hoy soy, parlamentario por el cantón de Ginebra.
MHG: Fue su primera conquista…
AH: Exactamente. Luego fui trabajando sobre temas inmigratorios. En Ginebra el 40% de los habitantes son extranjeros. Además se agrega gente como yo que siendo argentino me naturalicé suizo, con lo cual me cuentan como suizo, pero en realidad yo soy ciento por ciento argentino. Ginebra es un planeta reducido en una ciudad, hay gente de todas las nacionalidades y de todos los orígenes. Luché para que los extranjeros pudieran participar en la vida política, me llevó diez años, pero logré que los extranjeros puedan tener derecho de voto a nivel municipal.
MHG: El extranjero para poder votar en el ámbito municipal ¿debe acreditar tener la ciudadanía y trabajar allí?
AH: En Suiza el tema de la ciudadanía es muy diferente de lo que pasa en Argentina. Suiza tiene una tradición de ciudadanía que se basa en el derecho de sangre, y no sobre el derecho de suelo como en Argentina en donde si uno nace allí enseguida obtiene la ciudadanía. Aquí hay personas que nacieron y vivieron en Suiza, y que sus padres nacieron y vivieron en Suiza, pero que aún no tienen la ciudadanía suiza, porque sus orígenes fueron inmigrantes. Solicitar la ciudadanía es un trámite de mucho tiempo, cuesta dinero, en mi caso particular lo hicimos pero hay mucha gente que no puede hacerlo. Ante esto nuestra propuesta fue que quien viviera en Suiza y que acredite ocho años de residencia, pueda votar a nivel municipal.
MHG: ¿Cómo se estructura la democracia suiza?
AH: la democracia suiza es muy particular. Es casi única en el mundo. Es una democracia semi-directa. Tiene un Parlamento Nacional del cual yo formo parte, a nivel regional están los cantones; pero el pueblo en cada instante puede bloquear una ley que no le gusta. Cualquier ciudadano recolecta firmas, tiene 40 días para juntar 50 mil firmas a nivel nacional. Al lograr las 50 mil firmas, las presenta al gobierno, quien dispone que se suspenda la ley y el pueblo la va a votar. Luego se organizan votaciones por sí o por no. Si gana el no, la ley no entra. También puede darse lo contrario, supongamos como en el caso de Argentina donde mucha gente pidió que no se pueda fumar en lugares públicos, el Parlamento suizo no votó ninguna ley al respecto, pero los ciudadanos juntando el doble de firmas, o sea 100 mil, una vez reunidas, el gobierno se ve obligado a hacer votar al pueblo sobre la propuesta. El resultado es que cada tres meses los suizos votan sobre 7 u 8 temas. En realidad, los suizos están todo el tiempo votando…
MHG: Es una vida altamente politizada…
AH: En Suiza no se habla sólo de política cada cuatro años, Se habla de política cada 3 ó 4 meses, se vota 3 ó 4 domingos por año. Esto es lo interesante. El voto no es obligatorio, cuando hay temas que no son interesantes la gente no se desplaza. Pero, por ejemplo, cuando se votó el ingreso de Suiza a la Unión Europea, la gente se movió mucho más. Además la ventaja es que se vota por correo. Ahora nos estamos organizando para hacerlo por Internet.
MHG: ¿Cómo se estructura el máximo nivel de gobierno, lo que es en Argentina el Poder Ejecutivo?
AH: Esto es también muy particular. Como todo país democrático, Suiza tienen un Poder Legislativo y un Poder Ejecutivo. En Suiza el Ejecutivo es elegido por el Parlamento, son siete ministros, y cada ministro cada año asume el rol de presidente. O sea que en realidad el presidente suizo no tiene poder real, es un poder simbólico. El que decide es el colegio de siete personas. Por ejemplo el año pasado la presidenta fue socialista, actualmente el colegio de siete está compuesto por 5 representantes de la derecha y dos de la izquierda, o sea 2 veces en los siete años asume el gobierno un representante socialista, aunque la mayoría sea de derecha. El presidente no tiene un poder decisión total, es parte del colegio, lo representa. Este gobierno debe funcionar con consenso, encontrar un punto que convenga más o menos a todos, pero no siempre es posible…
MHG: Durante la gestión del ex presidente Kirchner, nunca hubo reunión de gabinete. No sé que sucederá con su sucesora, su esposa, Cristina de Kirchner. Esto en Suiza es impensable.
AH: No solo es impensable, es contrario a la Constitución. El gobierno son los siete ministros y los siete ministros juntos deciden sobre las cuestiones importantes. Luego cada uno tiene su competencia particular, pero en la competencia gobierno la asumen colectivamente los siete consejeros federales, así se llaman, con un equilibrio complicado en donde está la mayoría y la minoría.
MHG: Cuando se piensa en Suiza, se lo hace como un país modelo, con una economía consolidada, aunque según algunos analistas pareciera que a este país “le llegó el mundo”
AH: Esa es una linda expresión… yo la uso, Pienso que a Suiza le fue bien en el siglo XX, en un mundo bipolar en donde estaban los países “capitalistas” y del otro lado los países “comunistas”, Suiza era ese lugar neutral, donde estaban los bancos, donde se hacían las negociaciones, es como que Suiza vivió el siglo XX afuera del mundo. Pero ahora con este mundo multipolar, con la globalización, el mundo no necesita a una Suiza tan particular. La Suiza se está “normalizando”. Hay más desempleo que antes, las relaciones de trabajo son más tensas entre las empresas multinacionales que exigen más de sus empleados. Se habla mucho de los bancos suizos, pero a la banca suiza no le importa un pito de la gente suiza. Ellos son un conjunto de gente que tienen un montón de dinero que hoy están en Suiza, mañana están en Alemania Hoy en día el ciudadano suizo se siente mucho más frágil. Eso explica en gran parte el voto a un partido de extrema derecha conservador…
MHG. Usted es parlamentario en Suiza por el Partido Verde. Hoy ¿Cuál es la identidad de dicho partido?
AH: El partido verde es un partido nuevo, hay muchos jóvenes. Representa para mí una alternativa al sistema capitalista que oprime a la gente, que crea problemas ecológicos. Pero que a su vez acepta la economía de mercado, o sea la responsabilidad individual de los ciudadanos para formar un Estado solidario pero que de lugar a la autonomía individual, sobre todo que sea respetuoso del medio ambiente. Es una ideología nueva que trata de equilibrarse entre el socialismo tradicional y el capitalismo tradicional.
MHG: ¿Cómo definirías las ideologías? ¿Podemos identificar partidos de derecha, de centro de izquierda?
AH: Hoy no podemos leer la política como de extrema derecha o de extrema izquierda, como algo bidimensional. Hay varias dimensiones. Por ejemplo, yo represento al Partido Verde por el cantón de Ginebra, pero trabajé un tiempo con el presidente del Partido Radical, que es un partido de centro-derecha en Suiza. Fue algo inédito. El presidente de ese partido tiene mi misma edad, empezamos a trabajar sobre temas generacionales, modernos, por ejemplo el lugar de la mujer no es un tema de izquierda o derecha, es más de antigua generación contra nueva. Los temas ecológicos, el medio ambiente, interesan tanto a la derecha y a la izquierda. Sobre temas ecológicos a veces me llevo mejor con jóvenes de derecha que con aliados de izquierda o de extrema izquierda que tienen una visión que cualquier trabajador puede tener su auto y consumir todo lo que quiera sin importar el medio ambiente. Hoy en día hay que ver las cosas desde un punto de vista multidimensional con alianzas de valores. Los Verdes estamos identificados con la izquierda, con la solidaridad, la sociedad, esos valores quedan; pero la forma de ponerla en acción no es siempre pasando por el esquema de un Estado fuerte, de un Estado que está en todos los temas de la sociedad, sino también basado en la responsabilidad de cada uno.
MHG: ¿Sus pares lo aceptaron? Si bien usted es suizo, como bien dijo es argentino de nacimiento, con papá y mamá argentinos…
AH: En Ginebra hay muchos extranjeros. En el Parlamento hay 2 españoles, 1 francés, un italiano. Como argentino, además tengo rasgos europeos, soy rubio... En el Parlamento Suizo ingresó al mismo tiempo que yo, un diputado negro oriundo de Angola, quien también llegó como refugiado político. Una sola vez me ocurrió que un diputado de extrema derecha me dijera ¡volvete a tu país!. Le expliqué que Suiza era tanto mía como suya, y que finalmente los países son de la gente que los hace, y no sólo de los que nacen o viven allí.
MHG: A propósito de Argentina, en general, ¿cómo se ve desde Europa? ¿Se sabe algo de nuestro país?
AH: Se siguió mucho la crisis del 2001-2002. En Suiza hubieron marchas en contra de los bancos suizos, ya que algunos estuvieron comprometidos con la crisis argentina. Se siguieron las elecciones presidenciales con la elección de la actual presidente argentina. De vez en cuando aparecen artículos periodísticos sobre argentinos de origen suizo que están viviendo en Argentina., que son muchos.
MHG: Y en su caso particular, con un padre desaparecido ¿Cómo analiza la gestión del gobierno del ex presidente Kirchner y el de la actual presidenta, en ese aspecto?
AH: sigo mucho más estos temas relacionados con la justicia, las leyes de obediencia debida y punto final. Yo sigo mucho los temas de derechos humanos. De eso se habla acá, pero ahora, muy poco…
MHG: Su papá debe haber tenido al momento de desaparecer, su misma edad…
AH: Exactamente la misma edad…
MHG: Si puede despojarse de tu ser-hijo ¿como analiza aquella etapa de Argentina?
AH: Esa generación fue muy particular. El compromiso político que tuvieron, al contrario de mi en donde yo puedo actuar sin riesgo para mi vida, ellos arriesgaban su vida. En el caso de mi viejo fue real ese riesgo. En esa etapa el compromiso de esa generación fue total, la vida o la muerte. Eso me da una doble sensación: mucho respeto por un lado y a veces me cuesta entender algo tan fuerte e importante.
www.politicaydesarrollo.com.ar, 17-Jan-2008