En 11 años, murieron casi 1.300 rehenes colombianos
En los últimos 11 años, en Colombia fueron secuestradas 23.401 personas, de las cuales murieron 1.288 en cautiverio. En 2007, 18 de los fallecidos estaban en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), 11 en poder de la delincuencia común y uno en poder del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Estos atroces números fueron revelados por Olga Lucía Gómez, directora ejecutiva de la Fundación País Libre, que lucha contra este delito desde hace 11 años. “Es absurdo. Esto no debería ocurrir en pleno siglo 21”, expresa.
De tanto escuchar a las familias de los que sufren esta situación y a los mismos secuestrados, a quienes ayuda en su proceso de “volver a la libertad”, esta psicóloga conoce los sentimientos de quienes vivieron ese calvario.
Por eso se atreve a afirmar: “El temor más grande que sienten es morir lejos de sus familias por enfermedad. Sin medicamentos, son ellos solos, cuidándose a ellos mismos, tratando de no morir”, indica.
Eso es precisamente lo que ayer contó Consuelo de Perdomo, una de las mujeres liberadas por la guerrilla colombiana que, entre otros males, sufrió paludismo y leishmaniasis, enfermedad de la selva que destruye la piel.
Por estos días, País Libre alza de manera enérgica su voz: “Hay que proscribir el secuestro como herramienta política”, advierte Gómez.
Y en este país de eterno conflicto, las Farc tienen 700 personas en cautiverio, entre ellos los 43 llamados canjeables con los que aspiran conseguir la libertad de sus combatientes en prisión. El ELN, desde que empezó el último acercamiento con el gobierno, secuestró a 105 personas. Los paramilitares terminaron su desmovilización el año pasado sin dar razón de 250 rehenes.
“Los autores de secuestros no pueden ser vistos como salvadores de un país”, dice la psicóloga, y se pregunta: “¿El secuestro se olvida? Se supera, pero no se olvida, siempre deja una huella”, es su respuesta.
El País (Madrid)
www.politicaydesarrollo, 12-Jan-2008
En los últimos 11 años, en Colombia fueron secuestradas 23.401 personas, de las cuales murieron 1.288 en cautiverio. En 2007, 18 de los fallecidos estaban en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), 11 en poder de la delincuencia común y uno en poder del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Estos atroces números fueron revelados por Olga Lucía Gómez, directora ejecutiva de la Fundación País Libre, que lucha contra este delito desde hace 11 años. “Es absurdo. Esto no debería ocurrir en pleno siglo 21”, expresa.
De tanto escuchar a las familias de los que sufren esta situación y a los mismos secuestrados, a quienes ayuda en su proceso de “volver a la libertad”, esta psicóloga conoce los sentimientos de quienes vivieron ese calvario.
Por eso se atreve a afirmar: “El temor más grande que sienten es morir lejos de sus familias por enfermedad. Sin medicamentos, son ellos solos, cuidándose a ellos mismos, tratando de no morir”, indica.
Eso es precisamente lo que ayer contó Consuelo de Perdomo, una de las mujeres liberadas por la guerrilla colombiana que, entre otros males, sufrió paludismo y leishmaniasis, enfermedad de la selva que destruye la piel.
Por estos días, País Libre alza de manera enérgica su voz: “Hay que proscribir el secuestro como herramienta política”, advierte Gómez.
Y en este país de eterno conflicto, las Farc tienen 700 personas en cautiverio, entre ellos los 43 llamados canjeables con los que aspiran conseguir la libertad de sus combatientes en prisión. El ELN, desde que empezó el último acercamiento con el gobierno, secuestró a 105 personas. Los paramilitares terminaron su desmovilización el año pasado sin dar razón de 250 rehenes.
“Los autores de secuestros no pueden ser vistos como salvadores de un país”, dice la psicóloga, y se pregunta: “¿El secuestro se olvida? Se supera, pero no se olvida, siempre deja una huella”, es su respuesta.
El País (Madrid)
www.politicaydesarrollo, 12-Jan-2008