La Argentina repitió en 2007 una característica que, desde hace largos años, viene marcándole límites a la expansión de su economía: buena parte de las divisas que ganó en su cuenta corriente cambiaria por transferencias de mercancías al exterior (exportaciones) las perdió por los dólares que sus ciudadanos o empresas eligieron ahorrar fuera del país.
La conclusión surge del Balance Cambiario 2007 que difundió el Banco Central, que si bien muestra que la cuenta entre ingresos y egresos totales de dólares del país cerró con un récord de US$ 12.867 millones (más de US$ 2000 millones con relación al año anterior), no logra ocultar que los argentinos enviaron al exterior un monto neto de US$ 8880 millones, casi tres veces superior a los US$ 2939 millones girados un año antes, tal vez porque no encontraron la forma de proteger aquí de la manera que esperaban su ahorro o las seguridades para invertirlo.
La fuga de dólares certifica el pésimo año que tuvieron algunos de los activos financieros argentinos que, como en el caso de los bonos de la deuda pública, llegaron a resignar hasta un 30%, básicamente afectados por el hartazgo que generó entre los inversores la manipulación de estadísticas inflacionarias que quitó valor a los títulos emitidos en pesos y con ajuste de su capital por inflación, y las dudas que produjo entre los analistas la fuerte expansión registrada en el gasto público, que erosionó parte del superávit fiscal.
El informe oficial dejó otros datos:
Las compras de divisas del Banco Central y de la Secretaría de Hacienda en el mercado doméstico totalizaron US$ 11700 millones. "Permitieron cubrir parte de las necesidades de pagos en moneda extranjera del Tesoro nacional y continuar acumulando reservas internacionales, que cerraron el año 2007 con un récord respecto del incremento anual, que alcanzó los US$ 14.140 millones", se detalló.
El negocio cambiario en la plaza local, que en 2007 movió un total de US$ 318.083 millones, sigue siendo dominado por la banca extranjera. Este tipo de entidades cursaron el 61% de las operaciones, mientras que la banca privada nacional concentró 27% y el 12% restante se lo repartieron entre los bancos públicos (9%) y las casas de cambio (3%).
El sistema bancario local mantiene una posición de cambios de US$ 1300 millones, equivalente al 51% del límite máximo que le permite acumular la normativa vigente (unos US$ 2564 millones). Alrededor de US$ 600 millones de ese total se encuentra en billetes en moneda extranjera, a los efectos de atender las necesidades de la operatoria cambiaria y los movimientos de depósitos en moneda extranjera.
Mientras no se nacionalice el Banco Central, los depósitos bancarios, y se revienten todas las "cuevas" de la calle San Martín y Puerto Madero, que realizan estas fugas espectaculares de divisas a los paraísos fiscales (Islas Caimán, Bermudas, Toronto, Luxemburgo), todo el sacrificio y el trabajo de los argentinos será dilapidado por un puñado de sinvergüenzas, politiqueros degradados y piratas financieros.
(ACCION POPULAR NACIONALISTA, 28-1-08)
La conclusión surge del Balance Cambiario 2007 que difundió el Banco Central, que si bien muestra que la cuenta entre ingresos y egresos totales de dólares del país cerró con un récord de US$ 12.867 millones (más de US$ 2000 millones con relación al año anterior), no logra ocultar que los argentinos enviaron al exterior un monto neto de US$ 8880 millones, casi tres veces superior a los US$ 2939 millones girados un año antes, tal vez porque no encontraron la forma de proteger aquí de la manera que esperaban su ahorro o las seguridades para invertirlo.
La fuga de dólares certifica el pésimo año que tuvieron algunos de los activos financieros argentinos que, como en el caso de los bonos de la deuda pública, llegaron a resignar hasta un 30%, básicamente afectados por el hartazgo que generó entre los inversores la manipulación de estadísticas inflacionarias que quitó valor a los títulos emitidos en pesos y con ajuste de su capital por inflación, y las dudas que produjo entre los analistas la fuerte expansión registrada en el gasto público, que erosionó parte del superávit fiscal.
El informe oficial dejó otros datos:
Las compras de divisas del Banco Central y de la Secretaría de Hacienda en el mercado doméstico totalizaron US$ 11700 millones. "Permitieron cubrir parte de las necesidades de pagos en moneda extranjera del Tesoro nacional y continuar acumulando reservas internacionales, que cerraron el año 2007 con un récord respecto del incremento anual, que alcanzó los US$ 14.140 millones", se detalló.
El negocio cambiario en la plaza local, que en 2007 movió un total de US$ 318.083 millones, sigue siendo dominado por la banca extranjera. Este tipo de entidades cursaron el 61% de las operaciones, mientras que la banca privada nacional concentró 27% y el 12% restante se lo repartieron entre los bancos públicos (9%) y las casas de cambio (3%).
El sistema bancario local mantiene una posición de cambios de US$ 1300 millones, equivalente al 51% del límite máximo que le permite acumular la normativa vigente (unos US$ 2564 millones). Alrededor de US$ 600 millones de ese total se encuentra en billetes en moneda extranjera, a los efectos de atender las necesidades de la operatoria cambiaria y los movimientos de depósitos en moneda extranjera.
Mientras no se nacionalice el Banco Central, los depósitos bancarios, y se revienten todas las "cuevas" de la calle San Martín y Puerto Madero, que realizan estas fugas espectaculares de divisas a los paraísos fiscales (Islas Caimán, Bermudas, Toronto, Luxemburgo), todo el sacrificio y el trabajo de los argentinos será dilapidado por un puñado de sinvergüenzas, politiqueros degradados y piratas financieros.
(ACCION POPULAR NACIONALISTA, 28-1-08)