Escribe Gral. Heriberto Auel
El Diario “La Nación” del 25 de Febrero de 2007, en su primera página, anuncia: “Preparan al Ejército para defender recursos naturales”. Junto a ésta, nos da la noticia del “trío extraoficial” que viajó a Irán, el aliado estratégico de nuestro aliado estratégico.
La editorial del mismo diario, el lunes 5 de marzo subsiguiente, vuelve sobre el tema con el título: “Absurda Hipótesis de Conflicto”.
Estas noticias no son intrascendentes ni inofensivas. Significan una maniobra política de envergadura, perfectamente elaborada y destinada a imponer la ideología del grupo gobernante que lleva en línea recta a la Argentina al “estado fallido”, aniquilando paso a paso a las instituciones.
Lo que es llamativo es que ha logrado que militares, legisladores, jueces y una porción importante de ciudadanos, participen decididamente en su suicidio colectivo.
En el caso citado, la editorial es clara:
“La ministra de Defensa, junto con la conducción del Ejército, ha expuesto los lineamientos de la función proyectada para esa fuerza para el año 2025 como un giro doctrinario en la política de defensa nacional, basada en un cambio drástico en las hipótesis de conflicto”.
La operación en curso se inicia con las leyes alfonsinistas de indefensión. Ellas ponen a las fuerzas armadas fuera de la jurisdicción nacional, en sus funciones. Con la reciente reglamentación de la ley de defensa, la ex-embajadora en Caracas, por simple decreto establece una nueva ley de defensa, que agrava los dislates de la originaria. Y, poco a poco, semana a semana, van apareciendo “las patas de la sota”.
Estas noticias periodísticas recientes son asignadas, por evidentes filtraciones ministeriales, a la cúpula del Ejército. Hemos visto la degradación del honor militar a niveles de escándalo, con lo del “banquito”, el reemplazo de los jueces de un Tribunal de Honor, sanciones inicuas y otras innumerables indignidades similares, pero estas “Absurdas Hipótesis” que cita el matutino, hieren mortalmente la profesionalidad intelectual del alto mando actual.
Existen dos posibilidades:
-se ha seleccionado cuidadosamente a los más corruptibles, como colaboradores del aniquilamiento institucional o
-el grado de capacitación y actualización académica de los cuadros superiores es nulo.
Podría darse una tercera alternativa: una combinación de ambas posibilidades.
Las pruebas son contundentes. Están a la vista del más despreocupado o simple ciudadano.
El resultado (el objetivo) se busca a través de dos maniobras, relacionadas entre si:
Una externa, imponiendo a las Fuerzas Armadas la doctrina estratégica de seguridad defensiva y, a la vez, reemplazar la vigente, de disuasión defensiva.
Una interna, descubriendo (el EA) un enemigo nuevo, que las inutiliza.
La maniobra externa:
El concepto de seguridad defensiva nació en el eurocomunismo durante la Guerra Fría y consistió en el repliegue progresivo de los misiles balísticos de la NATO, para que la URSS no temiese un ataque y consecuentemente redujese la cantidad de sus misiles. Los europeos desplazaron los fondos de defensa al “estado de bienestar”. Breznev reaccionó de modo opuesto. Aprovechó la debilidad: jugó fuerte. Y perdió.
Los pensadores (¡) vernáculos trasladaron torpemente este concepto, hoy extemporáneo, al armamento convencional y sostienen que no hay que armarse con armas ofensivas convencionales: tanques, cañones, helicópteros de ataque, etc., para que los países fronterizos no tengan temor que los ataquemos. Es el desarme unilateral pacifista en el que ya estamos desde el ‘84. Pero, el sentido común indica que es difícil distinguir si un arma es defensiva u ofensiva, puesto que todo depende del uso que se le dé y en qué nivel se considere su empleo en la acción.
En la práctica, esta teoría de seguridad defensiva significa que las Fuerzas Armadas de la Constitución no serán equipadas adecuadamente, sino con equipamiento mínimo y obsoleto. Serán reducidas a su mínima expresión, porque se parte de varios conceptos básicos intencionadamente erróneos:
1) Ningún país fronterizo nos va a atacar,
2) No suponemos ningún conflicto con los vecinos y
3) Las FFAA tienen vedado cualquier participación interna, de cualquier naturaleza.
4) No existen nuevas amenazas ni riesgos estratégicos. (Estas son solo imposiciones del Imperio).
Luego: a las FFAA no se las necesita. No hay misión a cumplir.
Ello nos ha llevado al presente y tremendo desequilibrio estratégico, que día a día se profundiza por vía administrativa con objetivos inconfesables, pero cada vez más evidentes.
La maniobra interna:
La maniobra externa se complementa con la maniobra interna, impulsada por la llamada “guerra social” conducida por el “socialismo siglo XXI”.
La guerra de desgaste o guerra social, no es otra cosa que la guerra revolucionaria de guerrillas instrumentada por Mao Tse Tung. Se parte ahora en el MINIDEF de una hipótesis de amenaza, (concepto innovador impuesto que reemplaza al vedado y anteriormente satanizado de hipótesis de guerra) que plantea que “el Imperio”, es decir, EE.UU. (no se alude a Europa, ni a China, ni a la India) va a intentar invadirnos para quitarnos un recurso natural, el agua potable. En el caso de Venezuela la invasión es motivada por el petróleo. He ahí la legitimación de las “milicias populares”.
“El surgimiento de la nueva versión doctrinaria que aquí comentamos parece más bien encaminado a satisfacer un planteo ideológico que reorienta la identificación del enemigo militar en las grandes potencias”. (La Nación. Lunes 5 de marzo de 2007)
Las Fuerzas Armadas convencionales no van a estar capacitadas para enfrentar a las fuerzas imperiales, por las profundas diferencias tecnológicas: Luego, la única manera de hacerlo es mediante la guerra de guerrillas, la insurgencia al estilo de lo que ocurre en Irak. (La guerra asimétrica, que repite Chávez Frías)
Se obvia decir que el mismo Mao Tse Tung dice, en sus Escritos Militares, que la guerra de guerrillas no lleva a una decisión estratégica. Pero a los fines que se persiguen hoy, en Latinoamérica, ello no interesa. Interesa la destrucción institucional del Estado.
Con esta excusa, habrá que entrenar a la población para que resista el ataque imperial por los recursos acuíferos, con organización de guerrillas. Los grupos armados que se conformen –v. gr. los piqueteros de D’Elía- deberán ser entrenados y armados. Si nuestra legislación prohíbe la participación de las FFAA en el ámbito interno, los entrenarán las Fuerzas de Seguridad. (Aunque Bendini ya facilitó instalaciones de Campo de mayo, al ex-Secretario de Tierras y asaltante de comisarías y propiedades privadas, para ejercicios de tiro y participa en nuevos operativos Dorrego).
Esta teoría no es nueva, sino que ya es implementada desde hace tiempo por Chávez en Venezuela y más recientemente por Evo, con sus ponchos colorados, en Bolivia. A ellos son destinados los Kalaschnikov y sus fábricas, recientemente adquiridos por Venezuela. “Esta nueva doctrina y los respectivos planes de defensa parecen haber sido elaborados principalmente por asesores militares y políticos cubanos, quienes desempeñan un papel cada vez más influyente en el gobierno del presidente Chávez”. (John Sweeney, Diario Las Américas, 7 de febrero de 2005).
En definitiva quedarán, las Fuerzas Armadas instituciones de la Constitución, totalmente desarmadas y surgirá un nuevo ejército popular, interno, al servicio del partido neo-marxista y de la ideología setentista, lista para apoyar por la fuerza al gobierno revolucionario del socialismo siglo XXI, de la Unión de las Repúblicas Socialistas Latinoamericanas.
La última noticia, de las que nos llegan con gotero, es el desplazamiento de los comandos de cuerpos de ejército desde la zona centro del país, hacia las fronteras. Esta novedad constituye un agravio a la simple razón y al despliegue estratégico de las fuerzas armadas y además huelen a un fuerte y nauseabundo negociado inmobiliario.
La Defensa Nacional no le interesa a ningún político de primera línea, ni al ciudadano anestesiado, porque reporta pocos votos o porque las muertes, si bien llegan cada vez con mayor frecuencia, aun se cree que son solo una mera “sensación”. Arslanian o los Fernández dictan lo que debe creerse, con la prensa alquilada.
Los verdaderos enemigos no deben ser considerados. Ni siquiera nombrados. Sería ingresar en “apología del delito”.
Estamos en manos de un grupo de trasnochados en el poder, tomado “democráticamente” por vía de Alfonsín-Duhalde, que hacen lo que quieren, porque nadie se les opone. Si tienen éxito en las próximas elecciones, la izquierda radicalizada o “carnicera”, como ya se la llama, tendrá todas las herramientas para permanecer mucho tiempo en el poder. El ejemplo a seguir es Cuba. A preparar balsas. Claro que Miami está muy lejos de nuestras costas.
“Surge, por lo tanto, la duda de si no se trata de un giro doctrinario que desvirtúa aún más las funciones y el rol de las Fuerzas Armadas, en respuesta al espíritu claramente antimilitar que exponen algunos integrantes del gobierno nacional”. (La Nación. 5 de marzo de 2007)
(www.politicaydesarrollo.com.ar, 15-Mar-2007) [DP, 123]
El Diario “La Nación” del 25 de Febrero de 2007, en su primera página, anuncia: “Preparan al Ejército para defender recursos naturales”. Junto a ésta, nos da la noticia del “trío extraoficial” que viajó a Irán, el aliado estratégico de nuestro aliado estratégico.
La editorial del mismo diario, el lunes 5 de marzo subsiguiente, vuelve sobre el tema con el título: “Absurda Hipótesis de Conflicto”.
Estas noticias no son intrascendentes ni inofensivas. Significan una maniobra política de envergadura, perfectamente elaborada y destinada a imponer la ideología del grupo gobernante que lleva en línea recta a la Argentina al “estado fallido”, aniquilando paso a paso a las instituciones.
Lo que es llamativo es que ha logrado que militares, legisladores, jueces y una porción importante de ciudadanos, participen decididamente en su suicidio colectivo.
En el caso citado, la editorial es clara:
“La ministra de Defensa, junto con la conducción del Ejército, ha expuesto los lineamientos de la función proyectada para esa fuerza para el año 2025 como un giro doctrinario en la política de defensa nacional, basada en un cambio drástico en las hipótesis de conflicto”.
La operación en curso se inicia con las leyes alfonsinistas de indefensión. Ellas ponen a las fuerzas armadas fuera de la jurisdicción nacional, en sus funciones. Con la reciente reglamentación de la ley de defensa, la ex-embajadora en Caracas, por simple decreto establece una nueva ley de defensa, que agrava los dislates de la originaria. Y, poco a poco, semana a semana, van apareciendo “las patas de la sota”.
Estas noticias periodísticas recientes son asignadas, por evidentes filtraciones ministeriales, a la cúpula del Ejército. Hemos visto la degradación del honor militar a niveles de escándalo, con lo del “banquito”, el reemplazo de los jueces de un Tribunal de Honor, sanciones inicuas y otras innumerables indignidades similares, pero estas “Absurdas Hipótesis” que cita el matutino, hieren mortalmente la profesionalidad intelectual del alto mando actual.
Existen dos posibilidades:
-se ha seleccionado cuidadosamente a los más corruptibles, como colaboradores del aniquilamiento institucional o
-el grado de capacitación y actualización académica de los cuadros superiores es nulo.
Podría darse una tercera alternativa: una combinación de ambas posibilidades.
Las pruebas son contundentes. Están a la vista del más despreocupado o simple ciudadano.
El resultado (el objetivo) se busca a través de dos maniobras, relacionadas entre si:
Una externa, imponiendo a las Fuerzas Armadas la doctrina estratégica de seguridad defensiva y, a la vez, reemplazar la vigente, de disuasión defensiva.
Una interna, descubriendo (el EA) un enemigo nuevo, que las inutiliza.
La maniobra externa:
El concepto de seguridad defensiva nació en el eurocomunismo durante la Guerra Fría y consistió en el repliegue progresivo de los misiles balísticos de la NATO, para que la URSS no temiese un ataque y consecuentemente redujese la cantidad de sus misiles. Los europeos desplazaron los fondos de defensa al “estado de bienestar”. Breznev reaccionó de modo opuesto. Aprovechó la debilidad: jugó fuerte. Y perdió.
Los pensadores (¡) vernáculos trasladaron torpemente este concepto, hoy extemporáneo, al armamento convencional y sostienen que no hay que armarse con armas ofensivas convencionales: tanques, cañones, helicópteros de ataque, etc., para que los países fronterizos no tengan temor que los ataquemos. Es el desarme unilateral pacifista en el que ya estamos desde el ‘84. Pero, el sentido común indica que es difícil distinguir si un arma es defensiva u ofensiva, puesto que todo depende del uso que se le dé y en qué nivel se considere su empleo en la acción.
En la práctica, esta teoría de seguridad defensiva significa que las Fuerzas Armadas de la Constitución no serán equipadas adecuadamente, sino con equipamiento mínimo y obsoleto. Serán reducidas a su mínima expresión, porque se parte de varios conceptos básicos intencionadamente erróneos:
1) Ningún país fronterizo nos va a atacar,
2) No suponemos ningún conflicto con los vecinos y
3) Las FFAA tienen vedado cualquier participación interna, de cualquier naturaleza.
4) No existen nuevas amenazas ni riesgos estratégicos. (Estas son solo imposiciones del Imperio).
Luego: a las FFAA no se las necesita. No hay misión a cumplir.
Ello nos ha llevado al presente y tremendo desequilibrio estratégico, que día a día se profundiza por vía administrativa con objetivos inconfesables, pero cada vez más evidentes.
La maniobra interna:
La maniobra externa se complementa con la maniobra interna, impulsada por la llamada “guerra social” conducida por el “socialismo siglo XXI”.
La guerra de desgaste o guerra social, no es otra cosa que la guerra revolucionaria de guerrillas instrumentada por Mao Tse Tung. Se parte ahora en el MINIDEF de una hipótesis de amenaza, (concepto innovador impuesto que reemplaza al vedado y anteriormente satanizado de hipótesis de guerra) que plantea que “el Imperio”, es decir, EE.UU. (no se alude a Europa, ni a China, ni a la India) va a intentar invadirnos para quitarnos un recurso natural, el agua potable. En el caso de Venezuela la invasión es motivada por el petróleo. He ahí la legitimación de las “milicias populares”.
“El surgimiento de la nueva versión doctrinaria que aquí comentamos parece más bien encaminado a satisfacer un planteo ideológico que reorienta la identificación del enemigo militar en las grandes potencias”. (La Nación. Lunes 5 de marzo de 2007)
Las Fuerzas Armadas convencionales no van a estar capacitadas para enfrentar a las fuerzas imperiales, por las profundas diferencias tecnológicas: Luego, la única manera de hacerlo es mediante la guerra de guerrillas, la insurgencia al estilo de lo que ocurre en Irak. (La guerra asimétrica, que repite Chávez Frías)
Se obvia decir que el mismo Mao Tse Tung dice, en sus Escritos Militares, que la guerra de guerrillas no lleva a una decisión estratégica. Pero a los fines que se persiguen hoy, en Latinoamérica, ello no interesa. Interesa la destrucción institucional del Estado.
Con esta excusa, habrá que entrenar a la población para que resista el ataque imperial por los recursos acuíferos, con organización de guerrillas. Los grupos armados que se conformen –v. gr. los piqueteros de D’Elía- deberán ser entrenados y armados. Si nuestra legislación prohíbe la participación de las FFAA en el ámbito interno, los entrenarán las Fuerzas de Seguridad. (Aunque Bendini ya facilitó instalaciones de Campo de mayo, al ex-Secretario de Tierras y asaltante de comisarías y propiedades privadas, para ejercicios de tiro y participa en nuevos operativos Dorrego).
Esta teoría no es nueva, sino que ya es implementada desde hace tiempo por Chávez en Venezuela y más recientemente por Evo, con sus ponchos colorados, en Bolivia. A ellos son destinados los Kalaschnikov y sus fábricas, recientemente adquiridos por Venezuela. “Esta nueva doctrina y los respectivos planes de defensa parecen haber sido elaborados principalmente por asesores militares y políticos cubanos, quienes desempeñan un papel cada vez más influyente en el gobierno del presidente Chávez”. (John Sweeney, Diario Las Américas, 7 de febrero de 2005).
En definitiva quedarán, las Fuerzas Armadas instituciones de la Constitución, totalmente desarmadas y surgirá un nuevo ejército popular, interno, al servicio del partido neo-marxista y de la ideología setentista, lista para apoyar por la fuerza al gobierno revolucionario del socialismo siglo XXI, de la Unión de las Repúblicas Socialistas Latinoamericanas.
La última noticia, de las que nos llegan con gotero, es el desplazamiento de los comandos de cuerpos de ejército desde la zona centro del país, hacia las fronteras. Esta novedad constituye un agravio a la simple razón y al despliegue estratégico de las fuerzas armadas y además huelen a un fuerte y nauseabundo negociado inmobiliario.
La Defensa Nacional no le interesa a ningún político de primera línea, ni al ciudadano anestesiado, porque reporta pocos votos o porque las muertes, si bien llegan cada vez con mayor frecuencia, aun se cree que son solo una mera “sensación”. Arslanian o los Fernández dictan lo que debe creerse, con la prensa alquilada.
Los verdaderos enemigos no deben ser considerados. Ni siquiera nombrados. Sería ingresar en “apología del delito”.
Estamos en manos de un grupo de trasnochados en el poder, tomado “democráticamente” por vía de Alfonsín-Duhalde, que hacen lo que quieren, porque nadie se les opone. Si tienen éxito en las próximas elecciones, la izquierda radicalizada o “carnicera”, como ya se la llama, tendrá todas las herramientas para permanecer mucho tiempo en el poder. El ejemplo a seguir es Cuba. A preparar balsas. Claro que Miami está muy lejos de nuestras costas.
“Surge, por lo tanto, la duda de si no se trata de un giro doctrinario que desvirtúa aún más las funciones y el rol de las Fuerzas Armadas, en respuesta al espíritu claramente antimilitar que exponen algunos integrantes del gobierno nacional”. (La Nación. 5 de marzo de 2007)
(www.politicaydesarrollo.com.ar, 15-Mar-2007) [DP, 123]