Subsidios a petroleras más caros que
asignación universal
Guillermo
Cherashny
Informador Público, 10-7-16
En la city circula un informe del Dr. Alieto Guadagni
donde indica que el subsidio a las petroleras privadas -entre ellas YPF- que
surge de la diferencia entre el precio internacional -hoy entre 45 y 50
dólares- y los U$S 68 que paga el gobierno nacional supera en monto a los 4
millones de asignaciones universales por hijo en el término de un año.
Este subsidio fue inventado por Axel Kicillof con
Carlos Bulgheroni en representación de las petroleras privadas locales y
extranjeras que operan en el país, cuando el precio internacional del petróleo
bajó su valor después que estuviera un largo tiempo por encima de los 100
dólares y que motivó el acuerdo secreto con la empresa Chevron que firmó el
"mago" Galuccio para explotar el shale oil y el shale gas que se descubrió
en la provincia de Neuquén y por el cual la presidente dijo que seríamos la
nueva Arabia Saudita. Pero poco tiempo después el precio del petróleo y el gas
se derrumbó y la exploración y explotación de esos recursos no convencionales
está en tiempo de espera hasta que suban los precios por encima de por lo menos
de los U$S 70.
El nuevo gobierno, en la campaña electoral, prometió
revelar las cláusulas secretas de ese acuerdo pero, al asumir la inefable Laura
Alonso al frente de la Oficina Anticorrupción cambió de idea por orden del
gobierno y hasta hoy mantienen el secreto.
Pero volviendo al subsidio a las petroleras, apenas
asumió Mauricio Macri, su "hermano de la vida" Nicky Caputo negoció
con Carlos Bulgheroni -de nuevo en representación de los privados locales y
extranjeros- prorrogar el subsidio a espaldas de Juan José Aranguren, el
ministro de Energía, que dejó pasar esta ocasión para expresar su desacuerdo.
El argumento es el de siempre: si no se las subsidia a las petroleras,
quedarían en la calle los trabajadores de Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra
del Fuego. Pero, en realidad, es mucho más barato subsidiar a los trabajadores
que a las empresas.
El mismo argumento se utiliza para subsidiar la
"industria" de Tierra del Fuego, que significa el 0,7% del PBI, donde
la principal empresas es Mirgor, cuyo dueño es Nicky Caputo, que fabrica
celulares y computadoras al doble o más del valor internacional y que los
consumidores pagan en 12 cuotas supuestamente sin interés. Y decimos
supuestamente, porque el interés está incluido en el precio final. Y el
argumento es el mismo: es decir, se perderían los empleos de Tierra del Fuego,
que se jubilan a los 50 años y después se vuelven a vivir a sus provincias de
origen y que motivaron la quiebra de la provincia hoy gobernada por Rosana
Bertone. De vuelta el argumento es que se perderían los puestos de trabajo de
las armadurías, cuando es mucho más barato subsidiar a los trabajadores que a
Mirgor, cuyas acciones subieron el 600% y le permitieron a Nicolás Caputo ser
vicepresidente del Merval.
Tanto en el subsidio a las petroleras como a la
autodenominada "industria" de Tierra del Fuego se dilapidan fondos
que no sólo se podrían utilizar pasa asignaciones universales sino también para
seguridad, salud y educación.