y sociedad
amoral
Enrique Guillermo Avogadro
"La
política es el camino para que los hombres sin principios
puedan dirigir a los hombres sin
memoria".
François-Marie Arouet (Voltaire)
Las casualidades existen
pero, cuando aparecen como cuentas de un collar, la probabilidad de que lo sean
disminuye casi a cero. A esta altura de los acontecimientos, podemos afirmar
que el kirchnerismo volvió para robar lo poco que quedaba de la Argentina, para
construir un Estado policial chavista y para obtener impunidad para sus máximos
referentes; en el camino, y a pesar de los dichos de Alberto Fernández
-"Cristina y yo somos lo mismo"-, también a impedir que se dispute el
liderazgo a la jefa de la asociación ilícita que saqueó el país hasta la
extenuación, preocupada por las encuestas que muestran que su delegado duplica
su imagen positiva.
El periodismo ha comprobado
enormes compras de alimentos de la canasta básica y de insumos sanitarios del
Estado con gigantescos sobreprecios en plena pandemia, con todo lo de
canallesco que esa conducta implica, y el Gobierno destruyó todos los sistemas
informáticos y facultó a sus ministerios a dejar de utilizar el transparente
"expediente electrónico", generalizado durante el macrismo, "en
caso necesario"; así, volvió el peor hábito de la política, que oculta sus
latrocinios tras toneladas de papel .
Los legisladores del Frente
para Todos, encabezados por Carlos
Heller (Presidente de Banco Credicoop, del Partido Comunista; curiosamente, por
tratarse de una cooperativa, no paga el impuesto a las ganancias, pese a ser el
más caro del mercado) y liderados por Máximo Kirchner, presentaron un
proyecto de ley, manifiestamente inconstitucional, para gravar a quienes
blanquearon dinero en el exterior y tributaron oportunamente, y un incremento
en el impuesto al patrimonio de los mayores contribuyentes.
¿Qué harán doña Cristina y
sus hijos en caso de que se convierta en ley? Es una pregunta relevante porque
se trata de la familia más rica del país, aunque su fortuna se encuentre en las
islas Seychelles o convertida en diamantes en Angola y no sólo en los hoteles y
demás propiedades en la Argentina; si devolvieran lo robado, se podría pagar la
deuda externa y el país tendría una salida tranquila a esta complicada
situación sanitaria.
No cabe hacerse ilusiones al
respecto, ya que tanto el Presidente como ambos titulares de las cámaras del H°
Aguantadero han hecho caso omiso al ruido de las cacerolas que requerían un
mínimo gesto de solidaridad de la clase política, traducido en una reducción de
sueldos, dietas y privilegios.
Todas las resoluciones
presidenciales, adoptadas por decretos de necesidad y urgencia ante la
injustificable inactividad del Congreso, van en contra de la posibilidad de
que, alguna vez, lleguen inversiones. Los controles de precios, la delegación
de facultades, los permanentes cambios en las reglas de juego, el desprecio de
la ley y los contratos, la corrupción generalizada, la inexistente moneda, el
desprestigio de los jueces y el desprecio a los exitosos, más el clima
complicado que vivirá el mundo post-pandemia, nos dejan ante un trágico futuro.
Lo peor, en tal sentido, fue
el default en que el país cayó ante los acreedores sometidos a la ley
argentina, porque demostró cuánto confían Fernández² en nuestros venales
magistrados cuando de dictar sentencias acordes a sus deseos se trata. En
cambio, por ahora no se han atrevido a desafiar al Poder Judicial de los
Estados Unidos, representado por la Juez Loretta Preska, de Nueva York; ésta ya
ha dicho que no aceptará, en ningún caso, que las demandas contra la Argentina
sean traídas al país.
Y no puede ser más razonable
esa posición si pensamos en el otorgamiento de la detención domiciliaria a
Amado Boudou, que no corría riesgo alguno en prisión, mientras los mismos
jueces niegan ese beneficio a los cientos de militares, todos mayores de 70
años y enfermos, presos "preventivamente" hace más de diez años. En
igual condición que el ex Vicepresidente, pese a las sentencias por corrupción
que los afectan, están Julio de Vido, Cristóbal López y muchos otros ladrones
liberados por estos crápulas indignos después que el Frente para Todos ganara
las elecciones.
Ya que ha anunciado que las
fuerzas federales bajo su mando harán "cyberpatrullaje" para espiar a
la sociedad, aviso a la Ministro de Seguridad, Sabina Frederic, que seguiré
expresándome contra la corrupción y convocando a "cacerolear"
mientras Alberto y Cristina Fernández, sus hijos, testaferros y cómplices de
toda laya sigan robando.
A pesar del confinamiento y
de las malas nuevas, la más feliz Pascua de Resurrección o Pésaj, para usted,
los suyos y todos los argentinos.