que se vende en todo el
mundo podría eliminar al coronavirus en 48 horas
Infobae, 4 de abril de 2020
Un estudio colaborativo
dirigido por el Biomedicine Discovery Institute (BDI) de la Universidad de
Monash en Melbourne (Australia), junto al Peter Doherty Institute of Infection
and Immunity (Doherty Institute), ha evidenciado en cultivos celulares que un
medicamento antiparasitario, denominado ivermectin y disponible en todo el
mundo, es capaz de matar al nuevo coronavirus en 48 horas.
“Hemos descubierto que
incluso una sola dosis podría eliminar todo el virus a las 48 horas y que,
además, a las 24 horas se produce una reducción realmente significativa”,
revelaron los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista
Antiviral Research.
Se trata de un medicamento
antiparasitario aprobado por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus
siglas en inglés) que también ha demostrado ser eficaz ‘in vitro’ contra una
amplia gama de virus, incluidos el VIH, el dengue, la gripe y el Zika. No
obstante, los expertos han avisado de que los ensayos se tienen que realizar
todavía en personas.
“La ivermectina se usa
ampliamente y se considera un medicamento seguro. Necesitamos determinar ahora
si la dosis a la que se puede usar en humanos será efectiva, ese es el
siguiente paso. En tiempos en los que estamos teniendo una pandemia global y no
hay un tratamiento aprobado, si tuviéramos un compuesto que ya estuviera
disponible en todo el mundo, eso podría ayudar a la gente antes. Siendo
realistas, pasará un tiempo antes de que una vacuna esté ampliamente
disponible”, afirmó Kylie Wagstaff, autora principal del estudio.
Aunque se desconoce el
mecanismo por el cual ivermectin actúa en el virus, es probable, en función de
su acción en otros virus, que funcione para evitar que el virus “atenúe” la
capacidad de las células huésped para eliminarlo.
El uso de esta medicina para
combatir la COVID-19 dependería, según la científica, de los resultados de más
pruebas preclínicas y, en última instancia, de ensayos clínicos, con una
financiación que se necesita urgentemente para seguir avanzando en el trabajo.
La ivermectina se ha
utilizado ampliamente desde la década de los ’80 para tratar los piojos, sarna
y varias otras infecciones causadas por parásitos. El fármaco también se
utiliza para tratar la rosácea, una enfermedad de la piel.
El hecho de que la
ivermectina sea un medicamento que ya ha sido estudiado y aprobado para tratar
otras afecciones ofrece una ventaja decisiva con respecto al desarrollo de
nuevos medicamentos, un proceso largo que suele requerir muchos años de estudio
de la seguridad y la eficacia antes de poder llegar a los pacientes humanos.
De hecho, los investigadores
adoptaron un enfoque similar al tratar de desarrollar tratamientos para
COVID-19 mediante el uso de otros medicamentos, incluidos las drogas
antipalúdicos hidroxicloroquina (HCQ) y cloroquina(CQ). La HCQ es la menos
tóxica de las dos y también se usa como un antiinflamatorio para tratar condiciones
como artritis reumatoide y lupus.
Ambas dieron resultados
aparentemente prometedores contra la COVID-19 en estudios preliminares en China
y Francia, lo que llevó al presidente norteamericano, Donald Trump, a
considerarlas un “regalo divino”, incluso cuando expertos llaman a ser
cautelosos mientras se realizan investigaciones más amplias.
Ya son más de 70 las
sustancias que se encuentran en análisis por su potencialidad contra el
SARS-CoV-2, pero las que mayores expectativas despertaron, a raíz de algunos
estudios preliminares, fue la combinación de la hidroxicloroquina junto al
zinc, dos sustancias conocidas y relativamente económicas. De acuerdo al médico
máster en Nutrición Milton Dan, “la hidroxicloroquina es una droga de consumo
bajo prescripción médica, no está exenta de contraindicaciones y efectos
adversos, si bien suele ser bien tolerada, de ninguna manera puede ser
automedicada”.
Respecto al uso de zinc como
parte del tratamiento, Dan aclaró que “diversos estudios mostraron la capacidad
del zinc como inhibidor de la replicación viral, incluso se encontraron
trabajos como el desarrollado por la Universidad de Oklahoma, que confirman
este efecto sobre la familia de los coronavirus”.
El doctor Roger Seheult,
profesor de la Universidad de California y especialista en neumología explicó
en un video que se viralizó en YouTube que “para poder lograr el bloqueo de la
replicación viral en el organismo, el zinc encuentra su gran barrera, no puede
acceder al nivel intracelular que requiere para poder actuar sobre la
replicación viral. Necesitaría contar un transportador, algo que le permita el
paso, al interior celular”.
“Es allí donde la
hidroxicloroquina desempeña su papel principal, actuando como un ionóforo,
permitiendo el ingreso del zinc a la célula infectada”, según estudios
realizados. Además de esta acción, la hidroxicloroquina alteraría el PH
celular, dificultando aún más la supervivencia del virus a nivel celular.