DE UN VERDADERO CIENTÍFICO
(La Botella al Mar, 24-4-20)
PABLO GOLDSMITH: "EL
PÁNICO ES INJUSTIFICADO" DIJO EL VIRÓLOGO ARGENTINO EN FRANCIA
13 DE MARZO DE 2020 POR
INFOTEC 4.0
Aseguró que los coronavirus
siempre han infectado a los humanos y que no hay pruebas que indiquen que la
letalidad o la morbilidad del COVID-19 sean superiores a las provocadas por los
virus de la gripe o del resfrío común.
Para el virólogo y
especialista en enfermedades infecciosas Pablo Goldschmidt, el pánico que se está
generando en torno a la cepa de coronavirus identificado en China (COVID-19) es
tan injustificado como el que se creó en 2003 con el síndrome respiratorio
agudo grave (SARS) o en 2009 con el virus de la influenza A ​(H1N1).
“Las opiniones mal fundamentadas
expresadas por expertos internacionales, replicadas por medios de comunicación
y redes sociales repiten el pánico innecesario que ya vivimos anteriormente. El
coronavirus identificado en China en el 2019 provoca ni más ni menos que un
resfrío fuerte o gripe​, sin diferencia hasta hoy con el resfrío o la gripe
tal como la conocemos”, afirma el profesor Goldschmidt, también bioquímico,
farmacéutico y psicólogo graduado en la UBA, voluntario de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), ex praticien hospitalier de los hospitales públicos
de París y autor del libro “La gente y los microbios, Seres invisibles con los
que convivimos y nos enferman” (2019).
El especialista argentino
vive hace más de cuatro décadas en Europa. En la Facultad de Medicina del
centro hospitalario de la Pitié-Salpetrière de París obtuvo los diplomados de
farmacocinética, farmacología clínica, neuro-psicofarmacología y farmacología
de antimicrobianos. En la Université Pierre et Marie Curie París VI se doctoró
en farmacología molecular. También concluyó la formación teórica práctica de
los Institutos Curie y Pasteur de París con diplomados de virología fundamental
y biología molecular. Como voluntario en la OMS integra misiones humanitarias
en Guinea Conakry, Bissau, Pakistán, Ucrania, Camerún, Mali y la frontera de
Chad con Nigeria. Y aspira a obtener del Estado argentino un mandato para
ejercer el derecho a la palabra ante el organismo internacional.
En diálogo con la Agencia
CyTA-Leloir, Goldschmidt expresa su crispación frente al terror global generado
por la calidad de información que se difunde sobre el nuevo coronavirus y
considera necesario que los datos que se propaguen sean puestos en el contexto
geográfico y social. “No se puede crear histeria en todo el planeta”, dice.
—¿Qué virus se consideran
responsables de enfermedades respiratorias?
—Las afecciones virales
respiratorias son numerosas y las provocan varias familias y especies virales,
entre los que se destaca el virus sincicial respiratorio (sobre todo en bebés),
los de la influenza (gripe), los metapneumovirus humanos, los adenovirus, los
rinovirus y varios coronavirus, ya descriptos hace años. Llama la atención que
a principios de este año se hayan disparado alertas sanitarias mundiales como
consecuencia de infecciones por un coronavirus detectado en China, COVID-19,
sabiendo que cada año hay 3 millones de recién nacidos que fallecen en el mundo
de neumonía y 50.000 adultos en los Estados Unidos por la misma causa, sin que
se emitan alarmas.
—¿El hecho de que se transmite
por la saliva o por la tos aumentó el temor de la población?
Muchos microorganismos se
transmiten por esa vía en los humanos. El resfrío, transmitido por la saliva y
por la tos, es provocado por más de 150 rinovirus. Diez millones de personas se
contagiaron por la saliva y por la tos con el agente de la tuberculosis en el
2018, de los cuales 1 millón eran niños y 205 mil murieron. Lo mismo sucedió
con la meningitis bacteriana, transmitida por la saliva, que afectó a más de un
millón de personas en un año. El sarampión se transmite también por saliva, de
ahí la urgencia que se impone para proteger con vacunas a la población.
—¿Considera exageradas las
alertas internacionales lanzadas a causa del coronavirus?
Nuestro planeta es víctima
de un nuevo fenómeno sociológico, el acoso científico-mediático, desencadenado
por peritos solamente sobre la base de resultados de análisis de diagnóstico
molecular de laboratorio. Se fueron replicando comunicados emitidos desde China
y Ginebra, sin que se los confronte desde un punto de vista crítico y, sobre
todo, sin subrayar que los coronavirus siempre han infectado a los humanos y
siempre provocaron diarreas y lo que la gente llama resfrío banal o resfrío
común. Se extrapolaron previsiones absurdas, como en el 2009 con el virus
influenza H1N1.
—¿Y el riesgo de
complicaciones?
Un resfrío puede presentarse
como una enfermedad benigna y autolimitada; pero es sabido que todas las
enfermedades respiratorias, por más banales que se las considere, pueden
afectar severamente a las personas fragilizadas, a personas con problemas
cardiocirculatorios de más de 65 años, a personas con trastornos metabólicos, a
inmunodeprimidos, trasplantados y, sobre todo, a las personas mal alimentadas y
sin abrigo, y a las que no tienen acceso a equipos de salud competentes que les
proporcionen medicamentos eficaces. Esta situación, claramente puesta de
manifiesto para tantas otras enfermedades, se repite en todas las infecciones y
el COVID-19 no es excepción.
—¿Por qué cada individuo se infecta
y reacciona de manera diferente frente a las infecciones virales?
El primer paso para que un
virus infecte a una persona depende de la capacidad del virus de reconocer
“cerraduras” o proteínas en la superficie de las células de ciertos órganos, no
todos. Una vez que se pegue a su cerradura, puede penetrar en la célula y poner
a su servicio toda la maquinaria celular del sujeto infectado para replicarse.
Se ha podido determinar que hay individuos con muchas “cerraduras”, otros con
pocas y otros con “cerraduras” más fáciles de abrir, lo cual está determinado
por los genes. Por otra parte, hay un aparato defensivo de proteínas
codificadas en el ADN que se conoce con el nombre de “reactoma”. En pocas
palabras, todos los humanos somos seres vivos únicos frente a la agresión
microbiana y frente a las transformaciones malignas de nuestros tejidos. Por
ende, en ciertos individuos, un virus del resfrío banal puede hasta provocar
una enfermedad gravísima si infecta las vías respiratorias inferiores y lesiona
al pulmón.
—¿El coronavirus detectado
en China es un agente nuevo?
Quienes lanzaron las alertas
internacionales no tuvieron en cuenta datos que muestren si este virus u otros
similares circularon en años anteriores. O si las personas que ya estuvieron
expuestas a otras variantes de coronavirus tienen una protección parcial o
total contra la cepa del 2019.
—¿Por qué no acepta la
extrapolación de un país al otro de las previsiones emitidas por las agencias
internacionales?
En primer término, es
oportuno contrastar los datos de mortalidad y morbilidad con el número de casos
positivos (los confirmados por laboratorio con relación al número de casos
graves o el número de personas fallecidas). Lo primero que surge de los datos,
más allá de los criterios biológicos referidos a la capacidad individual para
enfermar y defenderse de la agresión viral, son dudas respecto de las cifras,
si no se considera que las personas afectadas tuvieron o no acceso a servicios
de salud competentes y equipados, y si recibieron a tiempo los tratamientos con
fármacos adecuados.
—¿Esos factores
contribuirían a explicar las diferencias de mortalidad y morbilidad entre los
países?
Si no hay una justificación
biológica de predisposición individual, la diferencia podría deberse a la
calidad de las instituciones médicas, a las razones que hicieron que pase el
tiempo antes que las personas afectadas acudan a los centros de salud, o la
calidad de la capacitación de los centros médicos y a la disposición de
recursos para tratar enfermedades respiratorias agudas. Debemos imponer
moderación y valernos de datos concretos. No hay ninguna prueba que demuestre
que el coronavirus del 2019 es más letal que los adenovirus respiratorios, los
virus influenza, los coronavirus de años anteriores o los rinovirus responsables
del resfrío común.